La verdad es que todo trabajo de Bruce Willis en los 90 es lo mismo... John McClane (en este caso es Joe Hallenbeck). Una y otra vez, se repite hasta la saciedad. Y toda película policiaca de los 90 también es lo mismo... Blanco y negro luchando por defender la seguridad nacional de un villano cuyas aspiraciones son destruir el mundo. Y es cierto.

¿Y qué? ¿Acaso no se repite Hugh Grant con su papel de lerdo tartamudo? ¿No lo hace Meg Ryan con esos papeles de comedia romántica? ¿No lo hace David Lynch (con sus rayadas), Luis Buñuel (con más rayadas), Robert De Niro con el papel de duro de Scorsese o Russel Crowe como héroe de época? ¿No?

Bueno pues a mí (y a muchos) nos gusta verle repetirse, el problema es que no siempre puede ser McClane... ¡Como que no! Si Bruce Willis se ha labrado una gran carrera como actor ha sido por eso, por los Joe Hallenbeck , Harry Stamper ("Armageddon"), John Smith ("El último hombre"), Jack Mosley ("16 calles") o el propio McClane, tipos duros con pinta de vivir en continua resaca y repartiendo leña.

En este "buen" (mas por entretenido, espectacular y por un Joe Hallenbeck vacilón, que por "buen") trabajo, con el guión más caro de su época (que no me lo explico) Tony Scott acierta de lleno en otro film de acción cuyo atractivo sea un actor de moda (como en "Días de trueno", "Top gun", "enemigo público", "Spy game" o "El fuego de la venganza") y poco más.

Pero eso basta, es que no hace falta más para hacer una buena peli de acción como lo es “El último boy scout”. Y si no, piensen si les gusto "La jungla de cristal" o "Arma letal" o "Misión: Imposible" y se darán cuenta que es cierto.