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Voto de david panadero moya:
7
Drama Martín Santomé, un viudo con tres hijos, comienza a registrar en un diario íntimo la vida cotidiana y anódina de la oficina y las tensiones de su vida familiar. Un día, a punto de jubilarse, irrumpe en su vida la joven Laura Avellaneda, y Martín descubre que aún está vivo. Superados los temores que les infunde la gran diferencia de edad que hay entre ellos, se atreven a correr el riesgo de vivir una relación amorosa. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
En muchas ocasiones la existencia y la vida pueden llegar a mostrarse terrible e inexorablemente monótonas, por el trabajo, por la familia, por la pérdida, por la costrumbre y parece que todo lo que queda por pasar va a ser igual, triste, gris y repetitivo. Sin embargo está en poder de la misma persona dar el primer paso de un cambio necesario, profundo y regenerador que haga modificar el rumbo de la propia existencia para volver a sentir, a disfrutar, a experimentar y con ello para volver a vivir.
Martín Santomé vive con sus sus hijos Esteban y Jaime y con su hija Blanca en una casa de Buenos Aires, los tres ya mayores. Lleva viviendo con ellos desde que se quedó viudo con la muerte de su amada esposa Isabel, 20 años atrás. El día que cumple 49 años comienza su jornada desayunando con sus hijos y yéndose al trabajo, en el que ya lleva 30 años haciendo cuentas y manejando números. En ese día se da cuenta más que nunca de lo vacía que está en parte su vida, del hastío que en fondo lo consume y que ha perdido las ilusiones que dan la verdadera alegría y felicidad. A su oficina llegan dos empleados, Santini y Avellaneda, la primera mujer que trabaja con ellos. Desde un comienzo ve en ella, mucho más joven que él, algo especial y la llama del amor, apagada en su corazón durante tanto tiempo, vuelve a surgir y a ser correspondida, haciéndole comenzar de nuevo y recuperar la esperanza, la jovialidad y la posibilidad de un futuro realmente pleno.
Adaptación libre de la novela homónima de Mario Benedetti, fue una de las películas más existosas en Argentina en la década de 1970, gracias a la labor de su director, capaz de construir una historia humana, íntima, sincera y romántica; a su melancólica banda sonora que crea ambiente, y al trabajo de un acertado reparto, encabezado por Héctor Alterio (que me demuestra otra vez su gran calidad actoral tras verlo en las más recientes " La Regenta" y " El hijo de la novia") como Martín, y Ana María Picchio en su encantador, bonito y finalmente triste papel de Laura, la mujer que le devolvió la luz y el amor que tanta falta la hacían a Martín.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
david panadero moya
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