Excelente película basada en un sólido y convincente guión que ahonda en los aspectos más sórdidos del ser humano, de las relaciones personales, de la familia...Un malvado listo, interpretado por un extraordinario Hoffman, junto a un malvado estúpido, excelente Hawke en su papel de atribulado ratero que atrae los problemas, montan un puzzle que en principio parecía sencillo pero que se va complicando a lo largo del metraje, cerrando una soga en torno al cuello de los dos protagonistas. Narrada al estilo de Pulp Fiction, con saltos hacia atrás y hacia delante en el tiempo y desde el punto de vista de los diversos personajes, la película avanza en todo momento agarrando al espectador por la solapa para no dejarle ni un momento, obligando a que mire a la pantalla, haciéndole reflexionar sobre el comportamiento humano. Momentos de thriller bien sostenidos por el director junto a escenas de dramón familiar perfectamente engarzadas para llegar a un final donde Albert Finney, como el padre que oculta un pasado turbio, se erige en verdadero protagonista. Marisa Tomei, bella y discreta, puede que nos esté engañando a todos. Merece la pena.