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Voto de harryhausenn:
8
Thriller Después de que el robo chapucero de un banco acabe con su hermano pequeño en prisión, Constantine Nikas (Robert Pattinson) se embarca en una odisea a través del mundo subterráneo de la ciudad en un intento, tan desesperado como peligroso, por conseguir el dinero de la fianza para poder sacar a su hermano de la cárcel. (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2017
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Días antes de la presentación de la película en Cannes conocimos el poster original de Good time, la nueva película de los hermanos Safie. En él, un irreconocible Robert Pattinson intenta con gesto resignado sostenerse en el borde de una botella de Sprite gigante, evitando caer en su interior. Sobrevolando su cabeza, una mano con uñas pintadas en rojo sostiene el tapón, como si el destino fuera esa mano de mujer que descorcha la locura de la noche que este personaje vivirá. Pandora liberando todos los males, dejando la esperanza sumergida en un poso de ácido lisérgico.

Esos mismos dedos de cuidada manicura son los que hacían girar la cabeza de Griffin Dunne en el póster de la infravalorada obra maestra de Scorsese, ¡Jo, qué noche! El destino, otra vez, hacía girar la cabeza del protagonista, pegada a un reloj de bolsillo, como si fuese la ruedecilla que haría avanzar el tiempo en detrimento de su cordura. No en vano, los Safdie, en los créditos finales ponen a Scorsese a la cabeza de los agradecimientos. Los protagonistas de ambas películas se ven envueltos en una espiral (al igual que la rosca del tapón de la botella, al igual que la ruedecilla del reloj) de situaciones que se van complicando cada vez más, de escenarios improbables donde intervienen personajes estrambóticos.

Los Safdie, de apenas treinta años, desde luego se han propuesto sacudir los cimientos del cine del nuevo siglo con un estilo tan realista como agresivo, tan crudo como auténtico y tan radical como innovador. Tal muestra de virtuosismo supone no una joya, sino una roca sin pulir que estos hermanos nos lanzan a la cara. Triste comparación resulta al ponerlos al lado de los cauces que sigue el cine comercial actual cuando pretende resultar violento: Danny Boyle, Guy Ritchie... supuestos enfants terribles capaces tan sólo de lanzar arena a sus espectadores, que ciega y araña, pero que en ningún caso impacta o golpea.

Como ya nos demostraran en Heaven knows what, el cine de los Safdie es un cine de luces, sonidos y ritmo, de flashes y distorsiones en momentos reposados que suceden secuencias trepidantes. Un cóctel explosivo en el que la importancia del plano se vuelve algo secundario. El reverso de Nicholas Widing Refn, otro genio del nuevo siglo que utiliza los mismos elementos de manera distinta.

Robert Pattinson, el nuevo Leonardo DiCaprio, la nueva estrella de Hollywood que deja atrás su imagen de ídolo adolescente para elegir de manera muy sabia sus próximos proyectos. Pues tras sus colaboraciones con Cronenberg, Herzog y James Gray aún tiene pendientes de estreno las próximas entregas de cineastas como Harmony Korine, Oliver Assayas o Claire Denis. Se convierte también en el primer actor de categoría A que participa en una película de los Safdie. En Good time interpreta la víctima de una serie de desavenencias de las que deberá escaparse como pueda para salvar a su hermano, interpretado por el propio Benny Safdie. Un atraco que sale mal pone en custodia al personaje del codirector. El rol de Pattinson supone el de un hombre bastante inepto pero muy diestro en cuanto a improvisación. Gracias a ello en la noche en que este film transcurre lo veremos salir airoso de situaciones que se van complicando cada vez más. No sabemos cuánto durará la racha de suerte del susodicho, pero la tensión y la diversión que el relato provocan en el espectador justifican con creces el título de la película.

Quizás la narración de la película nos parezca más convencional que sus anteriores. Sobre todo si la comparamos con los bandazos de la protagonista de Heaven knows what, a la que veíamos desperanzados, una y otra vez, tropezando en la misma piedra hasta límites insospechados. En Good time, esta sucesión de más-difíciles-todavía se ve interrumpida por la llegada del personaje de Buddy Duress, cuyo flashback inyecta aún más adrenalina al conjunto. Sirve este pasaje como excelente intermedio de un montaje, narrativo y visual, de lo más calculado y efectivo. Un prodigio.

hommecinema.blogspot.fr
harryhausenn
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