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España España · Granada
Voto de Pliskin:
4
Aventuras. Fantástico. Infantil Durante unas vacaciones, los hermanos Noah (Chris O'Neil) y Emma Wilder (Leigh Wryn) descubren una misteriosa caja negra flotando en el mar. Cuando consiguen abrirla, los niños quedan cautivados por su contenido: un precioso objeto de cristal con un brillo casi sobrenatural, piedras que irradian colores al girar y algo que parece un conejo disecado. Al jugar con estos objetos, los niños van desarrollando unas habilidades ... [+]
15 de octubre de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice el venerable Diccionario de la Real Academia Española de la lengua que el término "patata" puede aplicarse coloquialmente para definir una "cosa de poca calidad o mal funcionamiento". Vamos, que "Patata más allá de la imaginación", sería un título casi más apropiado para esta película.

Lo siento, pero A TANTO no llego. Vale que este año, y en más de una ocasión, he sido timado vilmente al ir al cine (ejem... 10.000). Incluso alguna vez (The Clone Wars) he percibido cierto destello inquietante en la mirada del sujeto que me vendió la entrada, como diciendo "Uy, el "pringao" éste no sabe dónde se está metiendo... Mu hu hu ha ha haaaa (truenos de diferente luminosidad de fondo y otros fenómenos atmosféricos poco tranquilizadores)".
Pero, tengo que decirlo, A TANTO, no llego.

NO, repito, NO se puede hacer una película basada en un blandiblú, dos caracolas, una docena de guijarros bailones y (y esto es lo peor) un conejo de peluche al que parece que se le han agotado las pilas y emite sonidos guturales tal que "Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaall. E", sólo que entrecortados y roncos. Vamos, que da un mal rollo el conejo... ¡Tela del telón, nene!

La película tiene un argumento en clave fantástica, aunque bastante endeble y cogido con alfileres. Sus protagonistas son dos hermanos que encuentran una misteriosa caja en el mar que contiene a Mimzy, ser venido del futuro para salvar a la humanidad que les cambiará la vida para siempre.

La niña es la encargada de interpretar los golgoritos del conejuno extraterrestre y el modélico hermano mayor, empedernido jugador de los Transformers, es ver el blandiblú y las caracolas antes citadas y te fabrica un generador nuclear que se chupa toda la energía eléctrica de Seattle. Y no sólo eso, sino que de tanto oír el murmullo de las caracolas también se convierte en DJ de arañas con una improvisada telequinesis (Ver "break-dancear" a las arañas le sube un punto a esta película). Sobre este punto, ver spoiler.

"Tío, aquí falla algo. No hay malos...", piensa nuestro simpático guionista en un momento de soledad y reflexión. "Ya está. Voy a meter a un super-negro 4x4x4x4 que tenga un par de frases de impacto fáciles de memorizar y ya voy "sobraísimo". Y claro, no se le ocurre otra cosa que fichar a Michael Clarke Duncan (La milla verde), el tío que tiene talla propia de traje. (Hay M, L, XL, XXL y talla MCD, Michael Clarke Duncan). Pobre Michael Clarke Duncan. Él pensaría que era su oportunidad de dar el salto al estrellato con el papelón que Robert Shaye le reservaba. Nunca imaginó que "no entendería nada", pero "se alegraría mucho" (Sus frases estelares en la película).

En fin, Mimzy es una película mediocre. No es imaginativa, es absurda. No explica bien el argumento, y lo poco que se detiene a contar, es a través de una niña heredera de los Dalai Lamas que tiene charlas didácticas con un conejo de peluche que no es de Duracell, precisamente. No llega a pasable. En francés, "mèdiocre".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pliskin
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