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Voto de Javi McClane:
3
Comedia. Ciencia ficción A dos aspirantes a rockero de San Dimas, California, les aseguraron una vez no hace mucho tiempo que serían los salvadores del mundo después de protagonizar un viaje en el tiempo, pero la realidad es que hoy son padres de mediana edad que pasan los días tratando de componer una canción que valga la pena y de hacer que su destino se haga realidad. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2020
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1989 se estrenó la comedia Las alucinantes aventuras de Bill y Ted (Bill & Ted's Excellent Adventure), protagonizada por el popular Keanu Reeves (que está viviendo una segunda etapa dorada) y Alex Winter, siendo un inesperado éxito de taquilla y valorada hoy en día como un pequeño clásico de culto con bastantes fans. Dos años después se estrenó su secuela, El alucinante viaje de Bill y Ted (Bill & Ted's Bogus Journey), que no cosechó el mismo éxito y que siempre fue recordada como una secuela inferior.

Yo he visionado ambas producciones y, aunque me parecen propuestas simpáticas e inocentes, tampoco las calificaría de clásicos de la comedia, siendo más bien dos curiosidades para pasar el rato, pero poco más. A pesar de ello, durante muchos años los fans más acérrimos han estado exigiendo una tercera entrega, pareciendo que jamás iba a llegar el momento, hasta que el año pasado se confirmaron los rumores y el inicio del rodaje. Algo me dice que la ascendente fama de Reeves (gracias al éxito de la saga John Wick) ha tenido algo que ver.

Pues bien, este año 2020, en plena pandemia debido al maldito coronavirus, se ha estrenado sin mucho ruido y por la puerta de atrás esta cacareada tercera parte, después de unas expectativas que quizás eran demasiado desorbitadas (aunque con unas estupendas críticas, que todavía no sé qué película han visto...). Y es que si algo nos han confirmado las últimas secuelas tardías (esas que tardan décadas en hacerse para luego ofrecer algo mediocre y decepcionante), es que la nostalgia a veces nos juega malas pesadas y es mejor dejar las cosas como están. Lamentablemente, la película que nos ocupa no es una excepción.

Se nota que no han querido invertir mucho dinero en la producción, ya que los efectos especiales son dignos de una serie Z (por mucho que quieran camuflarlo como algo intencionado), con una insustancial dirección que jamás está a la altura de las expectativas, siendo un trabajo menor y demostrando que sus anteriores entregas lucían mucho mejor, ya sea por el encanto de la época. Se nota que es un trabajo de encargo para tener contentos a los fans y quizás exprimir la nueva fama de Reeves, pero poco más.

Cuesta creer que el guion sea de los dos mismos responsables de las anteriores entregas, ya que han tenido casi treinta años (que se dice pronto) para escribir un material por lo menos a la altura de las circunstancias, lo cual no eran tan difícil, ofreciendo finalmente un trabajo tan mediocre como perezoso, siendo incapaces de justificar la trama en los escasos ochenta minutos que dura la película.

Y es que estamos ante la peor entrega de la saga, siendo la más insustancial y olvidable de las tres, y donde no hay nada que se pueda destacar. Me cuesta creer que esto vaya a gustar a los fans, la verdad. Por cierto, aprovecho para avisar de que si no habéis visto las dos anteriores ni se os ocurra aventuraros con ésta, ya que están directamente relacionadas y no entenderéis nada en caso contrario, siendo su visionado todavía más insufrible. Que no se diga que no lo he advertido.

En cuanto al reparto, volvemos a contar con Keanu Reeves y Alex Winter, el segundo mucho mejor y más entregado que el primero (y consciente de la oportunidad que se le ha vuelto a brindar), ya que a Reeves se le nota todo el metraje como desubicado y ciertamente incómodo, con una interpretación impostada. Es bastante extraño, porque es uno de los primeros que coqueteó durante años con la idea de una tercera parte, aparte de demostrar una gran vis cómica en la reciente y recomendable Quizás para siempre, algo que es incapaz de repetir en la cinta que nos ocupa. No está a la altura de su compañero y chirría cada vez que tiene una frase. Una pena.

Los secundarios cumplen (mucho más que Reeves...), en especial una genial Samara Weaving, siendo la mejor del reparto y demostrando lo gran actriz que es, aunque quizás nos quede la sensación de que un producto tan flojo no esté a la altura de su talento, pero se la ve entregada a la causa (pasándoselo bomba, como si fuese una de esas fans que han demandado una nueva entrega) y plenamente consciente del producto en el que está, una vez más, al contrario que Reeves, con mucha más experiencia a sus espaldas.

Y poco más se puede decir de esta decepcionante tercera parte, ya que creo que ha sido un error traer de vuelta a los personajes, y más en estas condiciones, ya que en apenas unos meses la habremos olvidado todos, cuando debería haber sido un gran acontecimiento que al final no ha interesado a casi nadie. Suele pasar con este tipo de productos, denominados clásicos de culto, que los fans exigen durante años para que luego se confirme lo evidente... que jamás fueron para tanto. Una pena.

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Javi McClane
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