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Voto de Javi McClane:
6
Drama En julio de 1967, graves disturbios raciales sacudieron la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. Todo comenzó con una redada de la policía en un bar nocturno sin licencia, que acabó convirtiéndose en una de las revueltas civiles más violentas de los Estados Unidos. Los incidentes más graves ocurrieron en el motel Algiers, cuando miembros de la policía y la Guardia Nacional acudieron ante unos disparos de un arma de fogueo. (FILMAFFINITY) [+]
20 de septiembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía muchas ganas de ver este drama, dirigido por Kathryn Bigelow (ganadora del Oscar por “The Hurt Locker” y directora también de “Le llaman Bodhi”) y que relata una historia sucedida en 1967 en Estados Unidos, concretamente en Detroit.

La película fue un absoluto fracaso en su estreno en 2017 (dinamitando cualquier posibilidad de Oscar, ya que últimamente sólo se fijan en los números desde la Academia), aunque la crítica quedo más o menos satisfecha. Han pasados dos años, y ya se puede reconocer que nadie se acuerda de ella, y, la verdad, no me extraña, ya que estamos ante un drama tan correcto como fallido y decepcionante, y que está muy por debajo de sus pretensiones originales.

La dirección de Bigelaw es de corte independiente (como suele suceder con sus últimas películas) y hay momentos cargados de tensión y que llegan a ser puro terror, pero no esperaba que casi toda la acción de la cinta se redujese a un sólo espacio, pero así son los hechos. Es un trabajo muy íntimo (hay muchos primeros planos) e incluso teatral. Es una dirección correcta pero no es de los mejores trabajos de su directora, desde luego.

Otra cosa es la duración, ya que son dos horas y media, excesivas a todas luces. La introducción de personajes es muy larga e innecesaria, y lo realmente importante tarda demasiado en llegar. A la película le sobra más de media hora, eso seguro.

El guion hace un tratamiento correcto de (algunos) personajes, pero otros están muy desdibujados, como el de Boyega o Mackie (curiosamente los rostros más conocidos del reparto, y con los personajes más endebles), sin saber realmente que aportan a la historia.

La película tiene tensión, drama y el mensaje es potente, pero todo se desperdicia por sus pretensiones, cuando realmente es un drama del montón, que se deja ver, pero realmente no aporta tanto al problema del racismo. Hay producciones mucho mejores al respecto.

En cuanto al reparto, tenemos a actores entregados, pero me voy a centrar en tres. Por un lado, tenemos a John Boyega, como ya he indicado con un personaje plano. No es su mejor papel, desde luego, y su actuación se queda en tierra de nadie, por mucho que ocupe todos los pósters (como si fuese el protagonista, cuando no lo es) debido al éxito de “Star Wars”.

Por otro lado, tenemos a un Anthony Mackie como estrella invitada (o secundario de lujo) con un papel reducido y sin matices. No hacía falta un actor tan interesante para un papel tan pequeño y que apenas aporta nada. Correcto, sin más.

Por último, tenemos a Will Poulter como policía racista y despiadado. Había leído bastantes alabanzas a su trabajado, coincidiendo muchos críticos en que merecía una nominación al Oscar y otros premios. Nada más lejos de la realidad, porque, aunque estamos ante una buena interpretación, tampoco es magistral ni digna de destacar. Es un papel difícil, eso está claro, y la interpretación es convincente, pero no merecía tantos elogios.

En conclusión, estamos ante un drama más, interesante y bien rodado, y que toca un asunto necesario, pero que al final se queda en tierra de nadie porque sus pretensiones eran demasiado altas, cuando realmente no es nada del otro aquel. No invita al revisionado y creo que con el tiempo la habremos olvidado todos. Una vez vista se entiende su fracaso en los premios de aquel año. Ni más ni menos.

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Javi McClane
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