Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Voto de Franky_23:
6
Drama En 1924, con sólo 29 años, J. Edgar Hoover fue nombrado director general del FBI para que reorganizara la institución. Obsesionado con detener a comunistas, gángsters, delincuentes y a cualquiera que fuera un peligro para la nación, Hoover ocupó el cargo hasta su muerte en 1972, sobreviviendo a siete presidentes, alguno de los cuales intentó inútilmente destituirlo. Los archivos que guardaba celosamente, llenos de secretos inconfesables ... [+]
4 de febrero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El personaje de J. Edgar Hoover, director del mismo FBI que hace unos días clausuró cierta web de alojamiento de contenidos, ya aparecía en la película de Michael Mann Enemigos públicos (2009). Lo interpretaba con solvencia Billy Crudup, adelantando muchas de las particularidades de un personaje que ahora Leonardo DiCaprio, en su primera colaboración con Clint Eastwood, hace suyo por completo. Un tipo reservado, ambicioso y que logró sobrevivir al frente de la Oficina Federal de Investigación a siete presidentes, prueba latente de obstinada y férrea índole.

En la película de Michael Mann su rol era secundario: era su presencia la que empujaba al agente Purvis a lanzarse a la persecución y captura del afamado atracador de bancos John Dillinger. En los créditos finales de dicho filme se nos revelaba el destino último de Melvin Purvis: su renuncia al FBI y su posterior fallecimiento. Renuncia que se descubre en esta cinta como destierro instigado por un Hoover receloso de su escasa popularidad en pos de la del agente. Quizá por eso el director de Poder absoluto (1996) confiere ahora a Edgar toda la atención que siempre buscó y que nunca llegó a merecer del todo, a tenor del relato.

Son muchos los episodios de la vida de este defensor del pueblo americano los que se nos muestran en una película que sobrepasa las dos horas de duración. Entre medio de los avances en forma de métodos científicos que ayudasen a combatir el crimen, Eastwood encuentra tiempo, como es de obligación en este tipo de propuestas, para ojear la biografía íntima de J. Edgar, a tres bandas con una madre dominante, la compañera y secretaria del temible dignatario y un cómplice masculino venido a más.

Cerca de cincuenta años (desde la juventud hasta la edad anciana, con un maquillaje más logrado en algunos personajes que en otros) comprendidos en un título que no logra conmover al presente y que está lejos de ser una de las grandes obras de un director que hasta hace poco nos tenía acostumbrados a una obra maestra detrás de otra. La película patina en su voluminosa y enredada narración en dos tiempos, agravada por la naturaleza del filme de fiel crónica intimista y política. El problema quizás resida en que esta vez la tarea era demasiado teórica, aunque se agradece el empeño, o en que quizás los tipos buenos, los que se sientan del lado de la ley aunque siempre se empeñen en quebrantarla con acciones de dudosa moral, nunca serán tan extraordinarios como los que corren libres del otro lado (y) de ella.
Franky_23
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow