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Voto de Chris Jiménez:
5
Acción Danny O'Brien es un policia honesto y sensible que se enfrenta con un gigantesco psicópata, deforme y brutal, cuya madriguera se halla, a la manera clásica, en un viejo edificio abandonado. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada pisada suya puede hacer retumbar el suelo pero lo cierto es que se oculta en el silencio de las tinieblas cada vez que se aproxima a su siguiente víctima.
Sólo un hombre será capaz de detener este reguero de sangre femenino, pero nos asombramos de que sea precisamente él...

Aunque hablamos de un momento muy delicado. Ha pasado poco tiempo desde que Chuck Norris es una de las estrellas esenciales de la Cannon, y Yoram Globus y Menahem Golan no quieren dejarle ir, pero su fama no tarda en decaer, como suele ocurrirles a los astros de la serie "B"; ya se ha estrenado "Delta Force" (joya de culto para cualquier "freak" de la acción ochentera más desenfadada) y se ve obligado por contrato a hacer una tercera entrega de "Desaparecido en Combate", lo que no le entusiasma hasta que se mete en el ajo su hermano Aaron, haciendo las veces de director.
Y el de Oklahoma no sabe que esa será precisamente su soga al cuello; pero antes de que todo se venga abajo en su filmografía y también en la productora, aparecerá en una curiosa película, la última que Golan produce como tal para el actor. Inspirada en la novela de suspense del otrora actor Michael Blodgett, "Hero and the Terror" coloca a Norris en una posición especial en comparación con el resto de sus trabajos, pues por una vez ha de encarnar un anti-héroe con toda la seriedad que pueda lograr...si bien tal tarea es bastante complicada como bien sabemos. Sólo la secuencia inicial ya nos indica lo lejos que está esto de sus hazañas de acción espectaculares.

El no poco interesante pero ya enterrado en el olvido William Tannen parece manejarse bien tras la cámara para atraparnos en unos entornos sucios y asfixiantes; Norris aporta su acostumbrada tosca presencia, pero parece mimetizarse bien en este ambiente cuyo suspense sudoroso se ve reforzado por la perturbadora presencia de cadáveres de mujeres apilados en descomposición. Entonces vemos que una feria y alrededores de la costa angelina sirven de refugio a Moon, mole asesina a la que O'Brien ha de cazar; interesante la forma en que nos metemos en harina.
No hay un despliegue de velocidad ni escenas de lucha increíbles como podríamos esperar, y es que el actor quiso probar sus habilidades de forma mucho más seria; nos lo corrobora el hecho de que esté acompañado por la simpática Brynn Thayer en calidad de novia embarazada. A esta profundización emocional que nunca habíamos tenido el placer de ver se suman las características que hacen de ese O'Brien un agente de la ley distinto del catálogo de superhéroes que encarnó Norris; un tipo atormentado cuyos sueños se ven invadidos por el psicópata que un día detuvo, y que hace todo lo posible por escapar de ellos.

Se desata el peligro cuando Moon escapa del manicomio (¿y no de la cárcel?) de alta seguridad que le retenía y vuelve el espectro de la muerte tras los pasos del oficial, así como el revivir de una conexión entre ambos que él sólo desea cortar. Tannen, siempre usando el drama, juguetea con los principios del "thriller" sobre asesinos psicóticos, tan de moda entonces gracias a los "giallos" y al terror "B", y traza una parábola asesina extraída directamente de "Halloween", con Moon como un pariente lejano de Myers regresando al lugar del crimen y O'Brien ejerciendo el papel que tenía el dr. Loomis.
No pocas similitudes aparecen entre él y la bestia de Carpenter que era enteramente un enigma humano colosal movido sólo por el instinto de matar, mientras ese lazo que mantiene unidos de tan desesperante manera a asesino y policía puede remitir a títulos como "Manhunter" o "En la Cuerda Floja", al hacerse hincapié en el anonimato del primero y tratarle siempre desde la distancia, nunca involucrándose en la vida privada del segundo; sin embargo no hay film más semejante a éste que el también protagonizado por Norris "Furia Silenciosa" unos años antes, pero todo en un contexto más serio y escabroso.

Todo lo escabroso que Tanner se puede permitir ser; no empleará un uso de violencia extremo y opta, acertadamente, por centrarse en las emociones del héroe y en cómo se estrecha el cerco a su alrededor con cada muerte causada por Moon, hasta verse acorralado físicamente en la guarida de éste bajo las tripas del recién inaugurado teatro, esperando cogerle, a lo largo de un clímax cargado de una tensión inopinadamente bien modelada por el director.
Lo que pesa sobre la película es que Norris siempre ha sido un actor falto de carisma y resulta poco creíble verle desenvolviéndose en situaciones realmente dramáticas, además de estar éstas sujetas a una trama bastante previsible; y si se quería imprimir seriedad al conjunto las escenas donde el anterior luce sus dones de superpolicía (que sí, resultan muy simpáticas) sobran por todas partes. Y Tanner tampoco despliega un estilo fascinante como sí hiciera Michael Mann, derivando todo en un producto estándar de calidad visual decente, incluso rudimentaria.

Pudo ser más, con un director y un protagonista diferentes, pero se quedó ahí, y ello le granjeó un puñado de críticas negativas y unos números de taquilla nada halagüeños.
Eso sí, como pieza de filmografía de Norris es desde luego interesante de descubrir. Termina así su edad de oro y empieza la etapa de la debacle...
Chris Jiménez
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