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España España · Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Voto de Orlok:
10
Drama Elisabeth (Liv Ullmann), una célebre actriz de teatro, es hospitalizada tras perder la voz durante una representación de "Electra". Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es bueno. Sin embargo, como sigue sin hablar, debe permanecer en la clínica. Alma (Bibi Andersson), la enfermera encargada de cuidarla, intenta romper su mutismo hablándole sin parar. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Persona es una de las controvertidas obras del cineasta Sueco, con la particularidad de estar ideada fuera de ataduras de estudios y productores cinematográficos. El mismo Bergman la desarrolló mientras se encontraba ingresado en un hospital recuperándose de un fuerte periodo de estrés. Tras asumir la producción de la película, Bergman consigue un resultado en su dirección sobresaliente. Una película muy personal donde consigue una total desnudez de los personajes a través del minimalismo. Una fuerte reflexión sobre la lucha interior personal, una visión pragmática del debate entre el sentimiento constante de interpretar un papel como si fuéramos actores en nuestra propia vida. El contrapunto de librarse de esa máscara para abrirse al mundo con todo lo que ello conlleva; la representación de virtudes y defectos, atributos opuestos con un nexo de unión reflejados en los dos personajes femeninos.
El desarrollo tan bien ideado de la película obliga un replanteamiento constante del hilo argumental sobre el que se sustenta el guión, pero sin dejar de ser verosímil ni descarrilar en ningún momento. La película es una muestra de los sentimientos humanos, como si fuera el reflejo de un espejo proyectado a través de la pantalla; desconcierto, incomodidad, incertidumbre, sensualidad, temor, contradicción, todo lo que no podemos comprender ni explicar. Así pues, Bergman nos muestra y plantea las dudas, pero no las respuestas. El inicio de la película contiene un prólogo hermético, inquietante, con mucha simbología sobre conceptos humanos referentes a la vida, la muerte, la religión y el sexo. De ahí pasamos con una fascinante inmersión a una especie de pesadilla existencial, que gracias a la fotografía de Sven Nykvist, nos cautivará de forma estimulante. Pero al finalizar la película seguro que te deja K.O.
La película está realizada de forma para nada convencional, con elementos de la corriente vanguardista se consigue retractar la ambigüedad en su desenlace de una forma chocante. La película es fácil de comprender, pero te deja en un estado atónito. El duelo interpretativo, por así llamarlo, de las dos grandes actrices Liv Ullmann y Bibi Andersson, te deja sin aliento. Sin duda, la dirección actoral consigue realzar el talento de las dos protagonistas. Esta película es de alto riesgo, no siempre recomendable. Consciente de ello, hay que ver la película con calma y tranquilidad, con predisposición a lo extremo de su propuesta, pues es un ejemplo de porqué el cine es el séptimo arte.
Orlok
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