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España España · Badajoz
Voto de Max Power:
8
Romance. Drama A pesar de que un milagro médico ha conseguido reducir su tumor y darle unos años más de vida, la adolescente Hazel (Shailene Woodley) siempre se ha considerado una enferma terminal. Sin embargo, cuando el joven Gus (Ansel Elgort) entra a formar parte del grupo de ayuda para enfermos de cáncer juvenil, la vida de Hazel se transforma por completo. (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Bajo la misma estrella" parte con la misma premisa que la célebre obra de Bresson: mostrar la realidad tal cual era sin añadidos ni edulcorantes de ningún tipo. Desde ese momento uno ya sabe que lo que menos se va a encontrar es objetivismo e imparcialidad, debido a la imposibilidad que ello plantea a la hora de realizar cualquier obra artística.
Si en la película francesa se acompañaba la huida final con una gloriosa neblina y música de Mozart a todo volumen, en la segunda película de esa joven promesa que es Josh Boone nos encontramos con un extraño optimismo en el devenir de los tiempos acompañado de música ligera y fotografía colorida a lo Gossip Girl.
Algo ciertamente contradictorio si tenemos en cuenta la crudeza con la que empiezan ambos films. El comienzo es más intenso en la obra que aquí nos ocupa, la protagonista ( una Woodley que alterna primorosamente su lado emocional y racional) nos advierte que no van a mostrar una imagen cándida del tema central lo cual a uno ya le genera cierta incomodidad (que mal nos tiene acostumbrados Hollywood), incomodidad que en mi caso se convirtió en tener los pelos de punta la primera vez que se reúnen en el grupo de apoyo. Para este momento yo ya estaba decidiendo mentalmente que forma de suicidarme elegiría si me diagnosticaran un cáncer testicular como al moderador de dicha reunión.
Siendo consciente desde ese momento de que aquello no iba a acabar como la típica peli americana con todos comiendo al final pavo en un acogedor salón con el árbol de Navidad al fondo estando completamente curados, uno empieza a relativizar y dejarse llevar por todos los lamentos, amagos de muertes y recuerdos traumáticos con más o menos buen cuerpo mientras rezaba a Dios porque los momentos de lontananza se prolongaran indefinidamente primero de manera lenta y luego rápidamente para que la agonía se pasara cuanto antes.
A pesar de todo como digo, pesan más los momentos románticos y dulces que los momentos tristes (si obviamos el trasfondo oscuro). Uno se acaba acostumbrando como buenamente puede e incluso en momentos puntuales se olvida de lo que va a ocurrir al final, destellos de esperanza asoman en el optimista (¿o ingenuo?) corazón de uno, y llega uno momento en el que se cree que puede ocurrir el milagro. Pero, como ocurre en la Magnum Opus de Bresson, desde antes de empezar la proyección el destino de los personajes están marcados, unos por el título del film, otros por sus circunstancias particulares.
La conclusión es clara en ambos casos: Lo importante no es el final, es el proceso.
Si lo fascinante de "Un condenado a muerte se ha escapado" era ver como el icónico teniente Fontaine iba preparando un plan de huida tan aparentemente suicida como efectivo, en "Bajo la misma estrella" (potente título inspirado en una obra de Shakespeare) el amor condenado de ambos protagonistas y su desarrollo y evidentes problemas constituye un modelo inspirador de aplomo y fortaleza mental para todo aquel que la contemple.
Una imprescindible de este año.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Max Power
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