Sin duda los casi 10 años transcurridos desde que descubrí a este dirección en la apasionante, desgarradora, inquietante y maravillosa DÉJAME ENTRAR han hecho mella en su talento. Ni un reparte magnífico ni una historia con gancho ni la excelente y llena de posibilidades localización en una nevada, fría y hermética Noruega, han servido para que esta historia negra sea algo digno, digerible simplemente. Sin alma, sin emoción, atropellada en un guión que no explica mucho, hasta los actores parecen fuera de lugar, se salva quizás una magnética Gainsbourg, poco más. Una verdadera decepción, el material de partida (una novela de éxito dentro del género negro nórdico) era bueno, como lo era la elección de actores. Pero no tiene ritmo alguno, todo parece telegrafiado con anticipación y sin emoción alguna en los personajes, que están mal descritos. Como fanático del género negro del Norte, la salvé y la acabé de ver. Poco más.