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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Comedia El ventrílocuo Jerry Morgan ha vuelto a fracasar en el amor. La razón: cuando la relación llega al punto de discutir el matrimonio, su muñeco, Clarence, se vuelve celoso. Su prometida, Audrey, le abandona por lo que Jerry golpea a sus dos muñecos, Clarence y Terrence. Papinek, el creador de los muñecos de Morgan, resulta ser un importante espía, y usará a Jerry y a sus muñecos para transportar unos planos. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, con este título no me refiero a esos miembros de la clase política que, recordando los insultos y humillaciones que, por su baja estatura, padecieron cuando eran jóvenes, ahora se han dedicado a obtener el poder a como dé lugar y a ejercer con una prepotencia resentida que los descalifica como servidores públicos; y en vez de volverse Grandes (por su talento, su ejercicio decoroso y su compromiso social), se vuelven tan Inflados y Soberbios que, al final, consiguen que todo el mundo les vuelva la espalda… o que se les abra la puerta de una cárcel.

En este caso, hago referencia a esos seres que los malvados subestiman porque los consideran inofensivos y manipulables, pero, cuya honestidad y carácter los tienen tan definidos que, ante cualquier amenaza agudizarán sus sentidos y se volverán reactivos como nadie los imagina. De este talante es Jerry Morgan, un ventrílocuo newyorkino quien, de paso por París, va a ser utilizado para transportar unos planos “ultrasecretos”, sin que él tenga la menor idea de lo que ocurre.

A Jerry sólo le preocupa una crisis emocional que, debido a traumas infantiles, lo lleva a liberar su repulsa contra el matrimonio, actitud para la cual se sirve de su muñeco Clarence, con el cual se desdobla y dice lo que él mismo reprime, y para su mala suerte, las chicas sí entienden lo que quiere decir… y nuestro hombre termina abandonado y sinceramente acongojado.

Un refrescante guion el que han escrito Norman Panama y Melvin Frank, mezclando una trama maquiavélica de complot armamentista, con un embrollo psicológico y romance a bordo entre psicoanalista y su paciente. “UN GRAMO DE LOCURA”, es un buen título en español que alude a que, a veces están más locos los que alardean de cuerdos, y pega mejor que el original “Knock on Wood” (Toco madera), que vendría a sugerir algo tan romántico como “imposible que me enamore de él, pero el corazón es impredecible”.

Panama y Frank, quienes también asumieron la dirección, mantienen su historia con una gran dinámica, y logran de Danny Kaye una interpretación tan versátil que nos mantiene a tono y con una sonrisa que es difícil borrar de nuestro atento rostro. Hay momentos altamente eficaces, como la primera secuencia en el avión cuando se “conocen” Morgan y la Dra. Ilse Nordstrom, la sesión regresiva cuando Jerry recuerda su infancia… o el momento en que Jerry hace un curso relámpago de psicoanálisis y luego le hace terapia a su propia psicoanalista.

Muy buena también la coreografía encargada a Michael Kidd, y en sus aspectos formales, el filme cumple de manera bastante satisfactoria. Acompañan a Kaye, la preciosa actriz y también directora sueca, Mai Zetterling, en un dulce rol como la psicoanalista-psicoanalizada. Torin Thatcher, muy sobrio como el intrigante británico Godfrey Langston, convencido de que a Morgan podrá manejarlo con la misma facilidad que éste controla a su muñeco; y Leon Askin, el sabueso Gromek que no atina a un blanco a cinco centímetros.

Con “UN GRAMO DE LOCURA”, se pasa un rato realmente divertido.

Título para Latinoamérica: AGÁRRAME SI PUEDES
Luis Guillermo Cardona
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