Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama A principios del siglo XX, un compositor alemán de delicada salud y cuya última obra acaba de fracasar, llega a Venecia a pasar el verano. En la ciudad de los canales se sentirá profundamente atraído por un hermoso y angelical adolescente, sentimiento que le irá consumiendo mientras la decadencia también alcanza a la ciudad en forma de epidemia... Adaptación de la obra homónima del escritor Thomas Mann. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2009
48 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
La contemplación de la belleza, el disfrute de la alegría y el goce afectivo en el encuentro humano, son poderosas razones para la lucha diaria de un hombre cualquiera. Aunque, con frecuencia, por falta de visión y abundancia de torpeza lo que se termina encontrando es pura sombra, lo que siempre se anhela es aquello que da sentido a la vida y que, en definitiva, permite la realización del ser humano. Todo obstáculo espera una superación, todo error merece una corrección, toda carencia ansía ser llenada... y la belleza, la luz, la abundancia y la alegría, surgen como la grata compensación que se nos ofrece ante todo progreso.

La belleza está en las cosas, pero, sobre todo, está en la esencia de quien contempla una forma cualquiera, pues es él o ella, quien determina lo que, para su fuero interior, resulta bello o no... y casi invariablemente, el encuentro con un ser o una cosa bella produce exultación, atracción, fascinación… y deliciosamente, la vida renueva su más poderoso sentido toda vez que se produce una percepción de este tipo.

El profesor, Gustav Aschembach, ha ido a Venecia en busca de otros aires que calmen, o quizás alivien, su maltrecha existencia que, acabando de recibir el fracaso de su última composición musical, ahora se encuentra enferma y con el corazón obstruido. Gratos y desgastados recuerdos se agolpan en su mente, mientras ocupa la mejor habitación del Hotel Lido... y la imagen de su esposa y de sus hijas a quienes ama profundamente; la figura de Alfred, su amigo también músico, que debate con él sobre la música y la belleza, tirando por la borda muchos de sus conceptos; la atractiva y sorprendente presencia de la joven prostituta capaz de interpretar a Beethoven en el piano… y otras especiales remembranzas que se entremezclan con esa realidad pesarosa, pero irresistible, que está tirando por la borda la rigidez de sus principios morales.

Entre los turistas, hay un chico llamado Tadzio, miembro de una noble familia, cuya singular y andrógina belleza deslumbra al dubitativo profesor. Más allá de la inefable admiración por las facciones de aquel rostro surge, en su interior, un sentimiento que se supone homosexual y que ansía desfogarse, pero que se ancla en la pura contemplación dadas las circunstancias que envuelven aquel ambiente. “Eso no es vergüenza sino miedo. –Testimonia en sus recuerdos su amigo Alfred- Temes el contacto sincero y directo con lo que sea”. ¿Será eso cierto? ¿"Lo que sea", se referirá a un niño o a cualquier ser humano? ¿Verá el maestro, ya enfermo, en esa figura a un hombre o a una mujer? ¿O acaso verá solamente la belleza que se impone más allá de lo físico?

Partiendo de la novela, "Der Tod in Venedig" de Thomas Mann, una clara simbiosis de autor-protagonista, ese gran maestro que fuera, Luchino Visconti, concreta un filme íntimo, interiorizante, donde el personaje central -brillantemente interpretado por Dirk Bogarde- transmite una compleja e intrincada emocionalidad, valiéndose principalmente de gestos, ademanes y miradas, con los que -si nos hacemos de un poco de sensibilidad-, es posible conectarse para sentir y padecer el intenso conflicto por el que su ser atraviesa.

La grandiosa música de, Gustav Mahler, hace el resto, creando una atmósfera nostálgica, apesadumbrada, romántica e irremisiblemente bella, y así, todo se junta y se entremezcla, de manera sutil y fascinante, para darnos como resultado otra obra cumbre del arte cinematográfico.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow