Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Intriga. Fantástico. Drama Max es un brillante matemático que está a punto de dar con el descubrimiento más importante de su vida: la decodificación del sistema numérico que rige el aparente caos del mercado bursátil. Mientras se acerca a la verdad, y afectado periódicamente por unas brutales jaquecas, Max es acosado por una agresiva firma de Wall Street y una secta judía que pretende descifrar los secretos ocultos tras los textos sagrados. Todos ansían ... [+]
7 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta Maximilian Cohen que, cuando era pequeño, su madre le prohibió mirar al sol. Pero, un día, él lo miró porque, para cada ser humano, toda prohibición es un desafío… y muchos están dispuestos a enfrentarlo. Tras aquella experiencia, Max sintió que iba a quedar ciego, pero la vista volvió, y eso sí, le quedó un revoltijo en los ‘alambres’ de la cabeza que, al tiempo que sufría ocasionales y terribles migrañas que lo obligaban a aplicarse otro revoltijo de drogas, terminó convertido en genio de las matemáticas capaz de calcular mentalmente y en un segundo, operaciones de tres y más cifras.

Sus reiteradas y obsesivas experiencias e indagaciones, han llevado a Cohen a tener tres sospechas de leyes existenciales:
1. Las matemáticas son el lenguaje de la naturaleza.
2. Todo lo que nos rodea se puede representar y entender mediante números.
3. Los números de cualquier sistema, llevados a un gráfico, terminan formando modelos que, además, están en cualquier cosa de la naturaleza: El ciclo de las epidemias, la crecida de un río, el ciclo de las manchas solares… y hasta la bolsa de valores, bien probable es que forme su propio modelo.

Empeñado en demostrar esto último y obsesionado con entender también cuál es el modelo de π (pi) -tarea que su maestro, Sol Robeson, abandonó-, Max terminará asediado y perseguido, de un lado, por la gente de una empresa que necesita sus predicciones, y del otro, por parte de una comunidad judía que, con base en la cifra 216, busca conocer el nombre de Dios traduciendo a letras los números de su serie.

Se hablará aquí del valor de intuir, de la perseverancia, del pensamiento racional. También oiremos de gente tan relevante para la ciencia como Arquímedes de Siracusa, Pitágoras, Da Vinci... Se mencionarán temas trascendentales como la Teoría numérica, La espiral áurea, El Sancta sanctorum… Y en su opera prima, el director Darren Aronofsky, nos lleva precisamente por una espiral de ideas que, como mínimo, nos pone a rascarnos la cabeza.

Un material de este valor, es el que deberían ver los profesores de matemáticas, ya que les serviría para explicar a sus alumnos que éstas no son cosa muerta, ni datos insulsos, sino que son explicación para la vida y sostén estructural de todo lo que es y existe.

La dinámica de “PI”, no es de la que consiga hacerse accesible a todos; su blanco y negro excelente y usado quizás para dar la sensación de remembranza del conocimiento antiguo, no es, sin embargo, lo que más atraiga a los jóvenes de hoy; y la manera kafkiana como Aronofsky recrea el conflicto emocional y la lucha interior de su protagonista, apenas conseguirá calar en aquellos que les gusta asumir retos intelectuales.

Contra todo, aquí nace un artista: Verdadero mago de la edición; contador de historias que trascienden la superficie; con gran habilidad para recrear el pensamiento y las sensaciones; y dispuesto siempre a llevarnos, un poco más allá, en el entendimiento de esta maravilla que se llama Vida.

Admirable actuación de Sean Gullette, en un verdadero tour de force como Max, que le reclama intensos cambios emocionales. Y especial partitura la de Clint Mansell, que lo convertirá, desde aquí, en el constante compositor del ya grande realizador, Darren Aronofsky.

Estemos tranquilos, el caos es solo una apariencia, podemos tener confianza en el perfecto orden del universo.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow