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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Un profesor norteamericano jubilado lleva una vida solitaria en su lujoso palacio de Roma. Tiene un enfrentamiento con una vulgar marquesa italiana y sus acompañantes: su amante, su hija y el novio de su hija, y se ve obligado a alquilarles el apartamento del ático del palacio. Su sosegada vida se verá entonces perturbada por las maquinaciones de sus inquilinos. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El profesor de ciencias (nunca sabremos su nombre, pero usted puede atreverse a ponerle uno) vive ahora solo. Está retirado y en su piso se ha dedicado a coleccionar obras de arte y a escuchar a Mozart. Su paz es completa, así que se niega a ceder en alquiler el piso alto que también le pertenece, cuando la marquesa Bianca Brumonti se lo solicita para habitarlo con sus dos hijos y con su amante Konrad Hübel. Pero, una jugada estratégica de la dama y acaso la gentileza de su bella hija, lo animan a firmar un acuerdo de venta, con lo que la familia termina ocupando no sólo aquel piso, sino que pronto ocupará su mesa, y sus más íntimos espacios.

Comienza así un interesantísimo cruce de caracteres donde las emociones más íntimas… los polos oscuros… la apreciación de la vida… la visión del arte, la política y la ciencia… el significado que cada uno tiene para los otros… el amor y el desprecio… salen a flote para dejarnos sentir a un especial conjunto de seres humanos que, con su fuerza interior y sus contradicciones, parecen arrancados del propio mundo del maestro Luchino Visconti, pues, por más que quiera negarse, su propia intimidad está, a todo lo largo del filme, hondamente recreada.

Su interés operático, su pasión por el arte pictórico, su acogimiento de la soledad como elección voluntaria y no como desierto de afectos o carencia de oportunidades; su amor arraigado por Helmut Berger; su cercanía con la Mangano y con Lancaster; su coincidencia marxista, su papel en la Resistencia y su inconformidad con la ciencia… todo fluye cual si fuera el soterrado testamento cinematográfico de un hombre que recién había pasado por una seria crisis de salud y que de pronto visiona que es ya corta la línea de su tiempo.

En tal sentido, este es quizás el más viscontiano de todos los filmes del maestro italiano. Esa iluminación tenue hasta el ostracismo, ese único set escenográfico que sólo nos remite a “Las Noches Blancas”; esa capacidad de transmitir, con un enmarcable vigor literario, el sentir de cada uno de sus personajes; y ese tono de interioridad que escudriña en el fondo de aquella alma que se plurariza en cuatro otras almas traídas de la ficción, hace de “CONFIDENCIAS” un filme decantado y profundamente grato.

Y queda bien sellada una lección inamisible: Es cierto que las águilas vuelan solas y los cuervos vuelan en manadas, pero, en su soledad el águila se vuelve huraña y depredadora, y no tiene más objeto que ella misma o su única familia. El ser humano se realiza con el otro, se despliega con sus congéneres, y sólo halla el sentido de la vida cuando, en la cercanía de los demás seres humanos, fluye ferviente en procura de la Unicidad.

Título para Latinoamérica: “GRUPO DE FAMILIA”
Luis Guillermo Cardona
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