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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Aventuras. Drama. Romance Cyrano está enamorado de Roxane al igual que su amigo Christian, pero éste, que posee todo el atractivo del que carece Cyrano, no sabe cómo cortejarla. Cyrano acude en ayuda de su tímido amigo prestándole sus palabras y sensibilidad para escribir cartas de amor y poesía. Roxane se enamora de la persona que escribe las cartas, convencida de que es Christian. (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre los grandes eclécticos que recuerde, Cyrano de Bergerac (Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac) es de los más antiguos. Nacido en París, el 6 de marzo de 1619, Bergerac -nombre que adoptó en 1638, cuando entró a hacer parte de la pequeña nobleza al ascender su abuelo como terrateniente y fructífero pescadero-, se hizo primero célebre cuando, al escoger la carrera militar, se convirtió en un hombre muy diestro con la espada, lo que le permitía salir avante en cuanto duelo se le presentaba. Estudioso, luego, de la filosofía, Bergerac se volvió ateo y comenzó a surgir en él una profunda irreverencia hacia todas las instituciones, formándose, entonces, su propio criterio de la vida, mediante la experiencia y la asimilación de ideas de aquí y de allá. Esto se verá reflejado en su poesía y en sus obras teatrales, cuando se convierte en escritor de títulos como “Las Mazarinadas”, “Cartas”, “El pedante burlado” y otras, en las que, la sátira y la más romántica poesía, se entremezclan profusamente. Por éstas y otras razones, es que el nombre de Cyrano de Bergerac (fallecido el 28 de julio de 1655, cuando apenas cumplía 36 años), fue oscurecido cuanto se pudo en ciertos países, y sólo en Francia sus obras fueron reeditadas, una y otra vez, hasta el siglo XIX.

A nivel mundial, volvería a saberse de él cuando aparece la comedia heroica, “Cyrano de Bergerac”, cuyo estreno en 1897, convertiría de inmediato a su autor, Edmond Rostand, en un dramaturgo de renombre con tan sólo 29 años. Su obra fue editada al año siguiente, y su maravillosa historia de amor y sacrificio, de exaltación del ser por sobre todo lo material, y donde la palabra adquiere ese poder y esa belleza que sublima, revoluciona y enamora, trascendería sin dificultad alguna las fronteras… y también llegaría al cine, donde fue primero filmada en 1923, bajo la dirección de Augusto Genina, con Pierre Magnier en el rol de Cyrano.

Con otro brillante guión de Carl Foreman, que capta a la perfección la esencia de la obra, sería Michael Gordon el encargado de dirigir la versión hollywoodense que se estrenaría en 1950, y en la que, el puertorriqueño José Ferrer (quien también la había representado en Broadway), consigue darnos una imponente actuación que lo haría merecedor del premio Oscar, pues, su personaje está lleno de matices y puede ser arrogante, intolerante y resentido, al tiempo que es un admirable espadachín, un defensor de los más débiles, y un excelso poeta capaz de los mayores sacrificios para asegurar la felicidad de la mujer que ama.

Su relación con Roxane y con Christian, adquiere niveles sublimes en los maravillosos sentires del amor, y con su poesía, su ternura y la eficacísima caracterización de sus personajes (Mala Powers y William Prince también impecables), la historia se hace digna de la mayor trascendencia y, Michael Gordon, puede abonar a su filmografía otra obra maestra.

Con “CYRANO DE BERGERAC”, se probaron los lentes balanceadores Garutso, cuyo efecto tridimensional aseguraba una gran profundidad de campo. Entre otros, Joseph Losey los usaría también en “The big Night”. Indispensable, pues, ver la película en una buena copia, para poder captar los logros visuales que, a todo nivel, ofrece.

El productor, Stanley Kramer, quedaría tan a gusto con el resultado del filme -aunque no fue exactamente un éxito de taquilla- que, para su siguiente éxito, “High Noon”, volvería a contar con Foreman y con el compositor Dimitri Tiomkin.

“CYRANO DE BERGERAC”, puede sumarse a las más grandes historias de amor que nos han dado la literatura y el cine.
Luis Guillermo Cardona
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