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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Aventuras. Romance En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
20 de junio de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No creas en cualquier cosa porque te enseñen el testimonio escrito de un viejo sabio. No creas en cualquier cosa porque provenga de la autoridad de maestros y sacerdotes. Cualquier cosa que esté de acuerdo con tus propias experiencias y que después de una ardua investigación se manifieste de acuerdo con tu razón, y conduzca a tu propio bien y al de todas las cosas vivientes, acéptala como la verdad y vive de acuerdo a ello”. (Buddha)

Esta película, como cualquier otra, no puede ser fiel a los hechos exactos que ocurrieron por allá por el siglo IV en Egipto y en Roma (o en cualquier otro siglo), primero, por el simple hecho de que toda narración histórica es inexacta, dado que está viciada por limitaciones presenciales, interpretaciones personales, posición ideológica, tendencias morales, prejuicios arraigados, capacidad descriptiva… Después porque, todo escritor, al plantearse la estructura dramática de la historia que quiere contar, siempre sentirá que modificar algunos hechos de tal o cual manera, favorecerá sus propósitos. Y ni que decir de los diálogos ¿cómo lograr rigor histórico en ellos? Finalmente, durante una filmación, la adherencia al guión depende del presupuesto, del plan de rodaje, de las locaciones conseguidas, y otras circunstancias a veces insuperables.

“ÁGORA” es ficción. Toda película es ficción (en mayor o menor grado) al ser realidad fragmentada y/o modificada en algún aspecto. Lo que me gusta de ella es lo que cuenta y como lo cuenta. Me parece muy atinado que, en época de oscura subvaloración femenina, Alejandro Amenábar y su co-guionista Mateo Gil, hayan elegido imponer a una mujer (significativa metáfora de philo-sophia), para anteponer el conocimiento y la indagación, al dogma arcaico y deshumanizado que imponían las religiones en aquellos tiempos… y siglo tras siglo.

Me resulta valiente y oportuno que salga a la luz una expresión concreta y efectiva de la violencia y la infamia que, durante cientos de años, se ha promovido desde los altares católico-cristianos, judíos o musulmanes.

Me conmueve esa irresistible vitalidad de Hipatia (la primera filósofa, matemática y astrónoma que existió en aquel azaroso siglo IV d. de C.), con esa fidelidad a la razón, en búsqueda incesante de conocimiento e insumisa ante dogma alguno. Aprecio la tambaleante, pero aguerrida sucesión de cambios que se producen en el esclavo Davus, tan fácil adepto como decidido rompedor de ciclos, cuando su conciencia deja de estar de acuerdo.

Aspectos como estos, más la impecable puesta en escena, la cuidada fotografía, la atractiva banda sonora… y esa magnética presencia de la adorable Rachel Weisz, me merecen dejar de lado cualquier reparo y dar un fuerte aplauso a esta película.
Luis Guillermo Cardona
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