Dos hombres se encuentran en el vagón-restaurante de un tren en marcha. Uno de ellos es un médico y el otro su paciente. Una mosca comienza a revolotear sobre la mesilla... hasta que uno de los dos consigue atraparla. De un tirón le arranca las alas y enseguida tira el insecto al aire. Con esta escena pensaba, Alfred Hitchcock, iniciar esta película, pero no consiguió decidir quién debía asumir el arrancarle las alas a la mosca... ¿el médico o el paciente?

De este talante, son muchas de las cosas que suceden en esta magnífica película con la que, el director inglés, se ha paseado por un buen número de los temas que con tanta profundidad y significado ha trasegado el psicoanálisis: Los traumas, la esquizofrenia, el significado de los sueños, la amnesia, el complejo de culpa, las represiones… tienen aplicación en la historia de ese hombre que llega a un hospital psiquiátrico a asumir la dirección y que, al identificarle como, Anthony Edwardes, sabremos que se trata de un prestigioso psiquiatra y escritor, a quien la psicoanalista, Constance Petersen, admira profundamente, pues ha leído todos sus libros.

Pero no tardará, la adorable y astuta profesional, en notar que, el nuevo director, reacciona con evidente repulsa ante un mantel blanco en el que ella ha dibujado unas líneas para indicar la forma de una piscina… y así comenzará un proceso donde, un difícil caso de amnesia, suplantación y posible esquizofrenia -con un crimen de por medio- la tendrá profundamente comprometida... más aún, cuando cupido ha atinado con sus flechas.

Podría decirse que, por adentrarse en el psicoanálisis, <<RECUERDA>>, se convierte en una película de interés exclusivo para conocedores del tema, pero la verdad es que no es así, pues, Ben Hecht, el guionista, ha procurado hasta donde se podía, manejar un lenguaje accesible, sin olvidar sus comunes y divertidos apuntes, y dando las explicaciones que podían ser pertinentes. De esta manera, el filme se hace ágil y comprensible, aunque es indudable que reclama del espectador un buen grado de atención y, sobre todo, observación. De no ser por la ligera planeación del momento en que la doctora y su paciente esquían por el llamado monte Gabriel, con ese deficiente back-projection, creo que estaríamos ante una obra maestra.

Podremos apreciar la agudeza del detalle que se obtiene con los estudios de psicología; veremos cómo, un ejercicio de anamnesis, puede ser una excelente terapia de superación de traumas; y también comprenderemos que, en todo tratamiento, tiene que estar implicada la empatía y la confianza, para poder favorecer en el paciente la catarsis.

Ingrid Bergman, Gregory Peck, y un especial, Michael Chekhov, como el profesor Alexander Brulov, dan perfecta forma a esta significativa y enriquecedora historia, que contaría con pinturas del surrealista Salvador Dalí, para la relevante escena del sueño que, Hitchcock, consiguió imponer ante el quisquilloso productor Selznick, porque quería salirse del convencional e impreciso estilo colmado de neblina e imágenes difuminadas, ya que hay sueños que son tan nítidos como la misma realidad.

La historia está basada en el thriller psicológico, “La casa del Dr. Edwardes” (1928), que escribieran los prolíficos autores de novelas de misterio, Hilary St. George Saunders y John Palmer, los cuales firmaban sus obras con un seudónimo para ambos: Francis Beeding.

Con, <<RECUERDA>>, vamos a comprobar que, los sentimientos de culpa pueden llevarnos por intrincados laberintos.

Título para Latinoamérica: CUÉNTAME TU VIDA