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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Terror. Intriga. Thriller A mediados de los años treinta, dos hermanos gemelos viven con su familia en el campo. Son muy diferentes entre sí, aunque pasan mucho tiempo juntos. De repente, empiezan a ocurrir extraños sucesos en la granja donde viven y sus alrededores. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos de ustedes se acordarán de Miles, el chico de diez años que -expulsado del colegio por su non sancto comportamiento- regresa al hogar en una “paradisíaca” mansión, donde le esperan su hermanita y una nueva institutriz, comenzando pronto una historia de suspenso y terror, donde el espíritu del jardinero muerto parece que se apoderara del pequeño, comenzando éste a actuar de manera bastante “adulta”. Se trata de la obra, “Otra vuelta de tuerca” (1898) de Henry James, que fuera brillantemente llevada al cine por Jack Clayton, en 1961, con el título “The innocents”.

Con la firma de Thomas Tryon (1926-1991) -personaje que, inicialmente, se hizo famoso llevando el nombre Tom Tryon, con el que apareció como actor en títulos como “La historia de Ruth”, “El cardenal”, “In Harm’s way”…-, en 1971 fue publicada la novela “El otro”, y en esta historia, también de trágico y terrorífico ambiente (y con más de una semejanza con "The innocents"), son dos gemelos los protagonistas, llamándose uno Holland y el otro Niles… Miles-Niles, se parecen ¿verdad? Y éste tiene 11 años.

Disfrutando de lo que pareciera un ambiente “idílico”, los gemelos han estado a cargo de la abuela (inmigrante rusa) porque la madre se encuentra trastornada emocionalmente desde la trágica muerte del padre. Niles ha aprendido de su abuela Ada (¿hada?), un significativo ejercicio mental al que ella llama, El gran juego, con el que logra conectarse a la mente de otros seres humanos e incluso animales, y tener experiencias de percepción psíquica.

En ocasiones, en esta figura infantil se produce un estado mental que abre dos perspectivas: Al conectarse con el otro personaje, ya fallecido, ¿es éste quien da los mensajes que ordenan al niño cometer sus delitos o es la imaginación trastornada del mismo niño lo que lo anima a inventar tales relaciones para que le sirvan de exculpación? La elección queda de nuevo en nuestras manos.

Esta suerte de cuentos, se presta para cosas bien interesantes desde el punto de vista de la criminalidad, y en este caso, de la perversidad infantil, pero infortunadamente siento que, con la obra de Tryon, el director Robert Mulligan no alcanzó la profundidad ni la eficacia narrativa que se palpan con regocijo en la obra de Clayton. Y podría ser –no la he leído- que la obra de Tryon tampoco esté al nivel del magnífico despliegue literario que posee la de Henry James.

A, “EL OTRO”, se le puede reconocer una plausible composición de imágenes; un buen manejo de la ambigüedad en todo lo que sucede con los gemelos, hecho que mantiene nuestro interés en el afán de dilucidar qué es lo que efectivamente ocurre. También resulta muy interesante el personaje de la abuela, aunque la actriz alemana Uta Hagen –quien tenía aquí su debut cinematográfico-, nos hace anhelar a Ingrid Bergman en quien se pensó inicialmente para el papel. Y otro personaje, Angelini (Victor French, el inolvidable señor Edwards del seriado “Little house on the prairie”), en quien recaen todas las miradas prejuiciosas, es dejado en un punto muy bajo del drama cuando, con mayor relieve, pudo resultar harto significativo.

En fin que, "EL OTRO" se deja ver, pues tiene sus momentos de marcada efectividad estética, pero un filme de terror con inventiva, con profundidad y de alto valor sociológico, muy pocos lo han logrado… y a Mulligan le faltaron unos cuantos metros para llegar a este resultado.

¿Y por qué será que la familia Perry tiene al halcón peregrino como distintivo?
Luis Guillermo Cardona
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