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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Jean Hansen (Judy Garland) es profesora de música en un colegio infantil para deficientes mentales. Allí conoce a Reuben, un niño con problemas al que sus padres no visitan desde hace años. Jean lo colmará de atenciones y mimos a pesar de que el director del centro (Burt Lancaster) considera que su actitud es contraproducente. (FILMAFFINITY)
4 de septiembre de 2012
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enfermera y pianista, pero sin experiencia alguna en la educación de niños, y menos aún de niños especiales, Jean Hansen se arriesga a solicitar empleo en el instituto Crawthorne… y para su suerte, el Dr. Clark decide contratarla. En silencio, pero con clara inconformidad, la mujer ya madura comienza a darse cuenta de que la base formativa del director-psiquiatra se centra en la norma y en la disciplina, entendida ésta como el ejercicio riguroso de la norma. Por su parte, el Dr. Clark comienza a notar que, entre Jean y un chico recién llegado llamado Reuben, se está dando una relación demasiado estrecha, marcada por el paternalismo y la sobreprotección, claramente diferenciable de su relación con los demás muchachos.

Estas actitudes producirán un necesario choque, pero abrirán un espacio de discusión en los métodos formativos de la institución. ¿Cómo se debe tratar a un niño especial? Es la pregunta que comienza a surgir en la cabeza de los empleados, más cuando aquel espacio es de los primeros que se ocupan profesionalmente de aquellas insuficiencias por mucho tiempo ignoradas y peor tratadas. Y a ésto se suma que el pequeño Reuben, en palabras del Dr. Clark: “Es uno de nuestros más espectaculares fracasos”.

El productor, Stanley Kramer, parecía interesado en dirigir él mismo este significativo guion de Abby Mann, que, tras su efectivo trabajo juntos en, “Judgment at Nuremberg”, el escritor acababa de ofrecerle. Pero, al final optó por entregarlo al director de la renombrada, “Shadows", John Cassavetes, para que tomara el timón. Como era de esperarse por su trayectoria como realizador, Kramer se permitió ciertas injerencias al serle entregada la película e hizo algunos cortes buscando que primara su tesis de que, lo correcto con los niños especiales, es tenerlos en una institución donde se socialicen con sus iguales y la cual se dedique particularmente a sus problemáticas. Mientras que, Cassavetes, defendía la idea de que, “los niños deben ser aceptados tal como son, pues, su vida tiene un sentido y un significado. La tragedia la creamos nosotros con la manera como interpretamos sus diferencias”. Por lo tanto, se entiende, se trata de acogerlos en sociedad sin aislarlos de manera alguna. Al final, la película logra contener las ideas de ambos, y desde mi punto de vista, creo que las dos proposiciones tienen sus pros y sus contras, y creo que debe ser el niño especial quien determine dónde se siente más cómodo.

Como rara vez ocurre en este cine-escuela, se crea en, <<ÁNGELES SIN PARAÍSO>>, un punto de equilibrio entre los caracteres del director y la instructora, pues al final, quizás comprenderemos que lo justo es tratar a los niños especiales con ciertas normas, pero con amorosa autoridad.

Nos conmueve la frágil condición con que, después de tantas vicisitudes en su vida privada, Judy Garland asume este rol que nos la devuelve satisfactoriamente en su penúltima película. Su rol, como el de Burt Lancaster, resulta con tanta calidez como para que podamos sentir por ellos un especial afecto.

Título para Latinoamérica: <<UN NIÑO ESPERA>>
Luis Guillermo Cardona
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