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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama. Musical Una joven monja (Debbie Reynolds) alcanza los primeros puestos de las listas de éxitos musicales. Además, el reencuentro con un viejo amor pone en peligro su fe. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jeanne Deckers (1933-1985), la monja belga conocida mundialmente como “Sor Sonrisa” (Soeur Sourire), había ingresado al convento de las dominicas Fichermont en Waterloo, huyendo de sus padres con quienes no se llevaba muy bien y al tiempo deprimida por haber roto su relación afectiva con un joven con quien estaba comprometida. Convertida luego, en la hermana Luc-Gabriel, descubrió que la felicidad sí existía cuando, a la aceptable vida que llevó en el claustro, se añadió su presentación como cantante y compositora ante la disquera Philips en 1963, la cual la contrató para grabar un LP y la llevó a recorrer los países donde el disco se había convertido en un éxito. Hasta entonces, la monja fue la única cantante belga en estar en los primeros lugares del Hit Parade de los EEUU con su canción “Dominique”, grabada luego por numerosas cantantes en otros idiomas.

Pero el éxito llevó a Jeanne Deckers a ver la vida de otra manera… y pronto se convirtió en una rebelde que puso en entredicho al Vaticano al abandonar el convento en 1966 y tendiendo, luego, al alcohol y a las anfetaminas. Grabó una canción en la que apoyaba la contracepción, se hizo pública su convivencia con la también monja Anne Pecher, y hasta comenzó a ser perseguida por los recaudadores de impuestos que querían cobrarle porcentajes por sus grabaciones, cuando casi todo el dinero iba a las arcas de la Philips, y el pequeño porcentaje que le correspondía, pasaba a los fondos del convento (¡consecuencias de no leer los contratos!).

Esta historia, que años más tarde terminaría en romántica tragedia, sería tomada por Hollywood en 1966, y se convertiría en el filme de despedida del notable director Henry Koster, experto en aventuras cálidas y espirituales, a quien se le encarga filmar la, hasta entonces, edificante existencia de la monja belga, pues sería años después de que Debbie Reynolds la representara bellamente en el celuloide, que su vida comienza a tomar ese rumbo de depresión y crisis existencial.

“DOMINIQUE” no pretende ser un riguroso biopic y se inclina preferentemente por recrear la clase de vida que debería llevar realmente una monja: fuera del claustro, asumiendo compromisos sociales, actuando más y orando menos, viviendo con alegría y no con esas caras agrias, rompiendo el silencio sepulcral de los conventos y llenándolos de música y canciones. El filme es modesto pero simpático, un tanto edulcorado pero serio al mostrar una imagen no idealizada de la monja a la que podemos ver con sus falencias y premuras. Y actrices de renombre como Greer Garson, Agnes Moorehead y Juanita Moore, le dan fuerza a las interpretaciones y el filme es salpicado con toques de drama y de comedia que permiten pasar un rato entretenido.

¡Y vaya si se le pega a uno la cancioncita!: “Dominique-nique-nique / I will tell of Dominique / His goodness to acclaim…
Luis Guillermo Cardona
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