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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Mona (Sandrine Bonnaire) es una joven vagabunda que es encontrada muerta. La historia mostrando en flashback sus últimos meses de vida, su desarraigo social y sus relaciones con la gente que conoció.
3 de septiembre de 2019
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras cada ser humano que muere queda plasmada una historia. Algunas son más largas y otras más cortas; algunas son profundas y otras más superficiales; algunas nos son indiferentes, según como se miren… y otras nos inspiran, sobre todo, si las hemos conocido directamente o si han sido bien contadas por alguien que tenga una amplia capacidad de abstracción.

Agnès Varda, consiguió demostrar una honda sensibilidad a lo largo de su obra cinematográfica. Amaba y le dolía la gente del común, y fue, ésta, la fuente de inspiración de la mayor parte de sus realizaciones. Gracias a la manera como consiguió financiar muchas de sus películas, logró que su cine fuera libre, y casi siempre dijo lo que quiso decir sin mayores obstáculos con los productores.

<<SIN TECHO NI LEY>>, es Varda en toda su esencia: Tiene ese gusto a mujer inconforme con la sociedad que le ha tocado padecer, pero, a la cual admira irremediablemente. Contiene ese sabor a gente decente como la que vimos en su documental “Daguerrotipos” … pero ahora -por ser una visión más plena de una sociedad-, tampoco falta uno que otro desadaptado… y finalmente, posee ese gusto a valoración de los seres más “insignificantes”, pues, va a demostrar con creces, que también dejan una sensible huella en todos aquellos que se cruzan -aunque sea fugazmente- en sus vidas… y esto, quizás sea lo más valioso que pueda hallarse en esta impresionante y muy humana historia.

El Juego de la Vida queda muy bellamente plasmado: Una muchacha -Simone Bergeron, mejor conocida como Mona-, no se siente cómoda con lo que hasta ahora sucede en su existencia -trabajaba como secretaria- y un día decide tomar un morral con lo estrictamente necesario, incluida una pequeñísima carpa, y decide recorrer el país por la zona rural haciendo autostop y comiendo lo que puede gracias a la generosidad de la gente o trabajando a ratos, pero, sin ningún plan trazado ni mayores deseos de establecerse.

La suerte de personas que se cruzarán en su vida, le va brindando -como en un mostrario que tiene su límite- la gran variedad de opciones que podrían dar un significado a su vida, pero, por aquello del libre albedrío, será casi siempre ella la que debe elegir… y de cada elección obtendrá un claro resultado.

La lección que nos queda, es que nadie ha sido totalmente olvidado y las más de las veces, somos nosotros los que malogramos las oportunidades que la vida pone en nuestro camino… y al final, siempre recogemos el resultado de nuestras decisiones.

Magnífica actuación de la joven, Sandrine Bonnaire, quien asume su rol con tanta naturalidad que pareciera estar recreando su propia historia, y el premio César a Mejor Actriz, fue un justo reconocimiento por su ardua y convincente labor.

Con, <<SIN TECHO NI LEY>>, Agnès Varda vuelve a dejar una sensible huella.
Luis Guillermo Cardona
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