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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Comedia. Drama Marco, un entrenador profesional de baloncesto, se encuentra un día, en medio de una crisis personal, entrenando a un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual. Lo que comienza como un problema se acaba convirtiendo en una lección de vida. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película cuyo principal mérito, y riesgo a la vez, es dar protagonismo y visibilidad a un colectivo que en el cine ha estado tan marginado como en la vida real. Javier Fesser no solo lo consigue de una manera brillante, si no que además, logra que cada uno de los personajes discapacitados intelectualmente dispongan de su propio espacio interpretativo tanto dentro del grupo como fuera de él, alejándose de esta manera del tópico de mostrar a este tipo de personas de un manera uniforme. Si la apuesta desbordaba atrevimiento y un esfuerzo notable al trabajar con actores no-profesionales, no arriesga tanto, o nada, Fesser a la hora de narrar la historia de estos héroes anónimos, pues la película sigue la estructura clásica de los relatos de superación personal. Gato viejo en estas lides, el director madrileño sabe a la perfección cuales son las teclas que debe tocar para complacer al público, y no duda en darle al relato un tono de dibujos animados, sirviéndose tanto del gag visual como del dialogado, consiguiendo momentos tronchantes sobre todo en un primer tramo que parte de un alto nivel cómico que, no obstante, no logra mantener en el resto del relato. Tampoco en la defensa de unos valores éticamente correctos sigue una línea clara, si bien su mensaje final es altamente positivo, también es cierto que en alguna ocasión hay notas de dudosa aceptación. Con todo, alternando corrección con gamberrismo y drama con comedia, “Campeones” representa un tipo de cine necesario, que nos pone delante del espejo para que, tanto a nivel individual como social, reflexionemos sobre si lo que entendemos por “anormalidad” no es al fin y al cabo otro de los prejuicios con los que convivimos para no tener que asumir que en el fondo todos somos más parecidos de lo que pensamos.

Lo mejor: el atrevimiento de la apuesta.

Lo peor: que su desarrollo sea tan previsible.
AMQE
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