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Voto de Natxo Borràs:
8
Ciencia ficción Nuevas aventuras del almirante James T. Kirk y el resto de la tripulación de la nave Enterprise, que una vez más se atreve a llegar "donde ningún hombre lo hizo jamás". Ricardo Montalbán repite su personaje de villano que interpretó en 1967 en el episodio televisivo "Space Speed". (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vulcanos inclusive, aquí todo el reparto muestra su lado más humano y reflexivo. Kirk tiene un hijo secreto trabajando en un laboratorio orbital; el mismo almirante vive en su residencia de la Tierra rodeado de antiguedades tales como maquetas de barcos piratas de la época de Francis Drake y relojes de toda clase, o como conocemos su buen gusto por beberse una cerveza cosecha de 2283, gentileza de su buen amigo el doctor McCoy (DeForest Kelley).

El enemigo es Khan, un antiguo proscrito criogenizado (cruce de indio navajo, Davy Crockett y heavy metal) abandonado a su suerte en un planeta remoto. Un mundo que, sin embargo, es el punto de mira de un hecatómbico proyecto apodado Génesis. Algo así como antitesis de las devastadoras consecuencias saldadas en una hipotética batalla nuclear entre los EEUU y la antigua Unión Soviética, pero que en este caso genera cuna de vida; un ecosistema. El Nuevo Eden o Dorado como se reinterprete será "secuestrado" por Khan, con fines vengativos.
Ricardo Montalbán se lleva la palma como villano despertado de su sueño. Su papel de salvaje, rozando lo sádico para paliar su sed cólera, es de antología. Una jovencísima Kirstie Alley (conocida más tarde en "Cheers") interpreta a la teniente vulcano Saavik. A merced de la mirada inexpresiva y rotunda (pero algo alegre) del inmortal Spock (Leonard Nimoy).

Una secuela que merece la pena recordar, a pesar de perder el rigor científico de su predecesora.
Natxo Borràs
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