Bienvenidos a este viaje en que uno puede encontrar de todo; de infidelidad matrimonial hasta intrigas relacionadas con las drogas, la mafia y el asesinato. No le faltan ingredientes a un film tan largo como el recorrido que nos planea este Orient Expres de la más remota de las Siberias (el único paisaje de agradecer es cuando surca cerca de la Gran Muralla China antes de adentrarse en la frontera rusa, siempre llena de desagradables sorpresas, incluso si son burocráticas).

Las interpretaciones son algo correctas pero lentas en su progreso. Un algo discursivo de Harrelson que nos tiene desacostrumbados choca con el de su apabullante y resucitada mujer ante la pasión magnetizada que siente hacia un español de Barcelona, bruto, canalla y maloliente como Noriega, principal maestro de ceremonias de la trama de este film en que un acertado Ben Kingsley (tal vez el que mejor actua en la película) como policia que le pisa los talones con tal indecision que otro secundario como Thomas Kretschmann (célebre por su papel de oficial nazi en "El Pianista") conoce sus verdaderas intenciones ante tal embrollo que se produce a medida que el tren avanza. Emily Mortimer se desfasa en su perfil de atormentada de telefilm.

Lo Mejor: el final.
Lo Peor: es larga por un guión en que se debía haber ido directamente al grano.