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Voto de Natxo Borràs:
7
Aventuras. Acción Inglaterra, siglo XIII. Robin Longstride (Russell Crowe), un magnífico arquero que ha luchado en las Cruzadas al servicio del rey Ricardo Corazón de León (Danny Huston), vuelve de Tierra Santa luchando contra los franceses y saqueando poblados. Cuando Ricardo muere alcanzado por una flecha, Robin se traslada a Nottingham para cumplir una promesa que hizo a Sir Robert Loxley (Douglas Hodge) antes de morir: llevar su espada a su padre, ... [+]
15 de mayo de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales del siglo XII los hombres al servicio del rey Ricardo Corazón de León (Danny Huston) regresan de las Cruzadas tras diez años de viajes y guerras continuas. En su regreso a Inglaterra, por el Norte de Francia, intentan saquear una fortaleza para recobrar víveres y fortuna. Robin de Longstride (Russell Crowe) está entre ellos. El asedio al castillo francés le cuesta la vida al rey que tiene tiempo de enviar a uno de sus emisarios, Sir Robert de Loxley (Douglas Hodge) a relevarle la Corona al despótico príncipe Juan (Oscar Isaac) que espera impaciente su ascensión al trono, amparado por la codiciosidad de su mano derecha Godfrey (Mark Strong) así como prometerse con la francesa Isabel de Anghouleme (Léa Seydoux). Dicha alianza supondrá para el rey Felipe de Francia (Abraham Belaga) invadir a la enemiga Inglaterra. Robin tomará la identidad de Loxley, que ha caído en una emboscada urdida por Godfrey, y una vez en Inglaterra devolverá la espada en las tierras de Nottingham a la viuda Marian (Cate Blanchett) y al ciego patriarca Sir Walter Loxley (Max Von Sydow).

Al contrario de las similitudes que muchos quieran encontrar ésta nueva adaptación de “Robin Hood” con otros films de Scott como “Gladiator” (2000) o “El Reino de los Cielos” (2005), se desmarca bastante de la tarea ambiciosa que el director de “Los Duelistas” haya querido invertir en la nueva recreación del héroe de los bosques de Sherwood. Es verdad que se nutre de escenas épicas que quedan grabadas en mente (la batalla inicial por tomar el castillo o la invasión en la playa que nos recuerda a un dia D del Medievo). Con aplausos de haber disfrutado de una precuela se ciñe éste nuevo Robin Hood reduciendo a las anteriores adaptaciones (salvando la modesta y estimable versión de John Irvin de 1991) a simples personajes justicieros de tebeo. Y Ridley Scott se atreve a sugerirnos la gestación del mito, con un rigor histórico impecable, gracias a la labor artesanal del guionista Brian Helgeland (Mystic River).

Lo Mejor: su exposición histórica
Lo Peor: el visto y ni visto habitual en algunas escenas de lucha a espada
Natxo Borràs
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