Dennis Hopper dirigió una mezcla de thriller y denuncia social acerca del día a día que deben soportar los agentes de policía especializados en patrullar y pernoctar por las diferentes zonas de la ciudad de Los Ángeles controladas por centenares de bandas callejeras que, a su modo, controlan los barrios.

El actor y director Dennis Hopper (Easy Rider; El Amigo Americano; Labios Ardientes) pretendía hacer algo más que una “buddy movie” (peli de colegas) que tan buenos resultados había deparado en largometrajes como “Arma Letal” (Lethal Weapon, 1986) de Richard Donner. Hopper nos ofrece una visión más realista y con un retrato más cercano al “Distrito Apache: el Bronx” (1981) de Daniel Petrie aunque aquí hay poli novato y temerario (Sean Penn) y veterano y juicioso (Robert Duvall). Las largas horas de servicio imposibles de compaginar con la vida familiar hace de la pareja protagonista un tándem de agentes e la ley dispuestos a afrontar todo lo que les puede venir encima, llegando incluso a congeniar con algunas de las bandas para intentar clarificar un asesinato perpetrado por un líder (Don Cheadle) que se ha dado a la huída escondiéndose sino es por salir expresamente a barrer con sus ráfagas de metralla, en ruinosos edificios decorados de graffiti a más no poder.

La anécdota del film la protagonizó el mismo Sean Penn, entonces novio de Madonna, al agredir a un fotógrafo que le llevó a los tribunales. La mala fama del actor de “21 Gramos”(2003) y “Mystic River” (2003), entre otras, lo arrastró durante mucho tiempo aunque los últimos años le han colocado como uno de los mejores actores de su generación. En los ochenta, tal vez sea “Colors”, su mejor aportación frente a productos más enclenques como “Shanghai Surprise” (1986), que protagonizó al lado de su entonces esposa y cantante.