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Voto de Natxo Borràs:
10
Ciencia ficción. Drama. Intriga En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
28 de junio de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Crítica núm. 1000) Andrei Tarkovski (La Infancia de Iván) adaptó una novela de Ciencia Ficción (como hiciera con el “Solaris” de Stalisnav Lem años atrás) de los hermanos Arkadi y Borís Stugarsky (que también ejercieron de guionistas), trasladando la acción en unos exteriores adecuados para plasmar su lírica cinematográfica en que el espectador tiene que esforzarse de la situación planteada. El argumento cede a la desolación presente: y es que nadie sabe lo que ocurrió exactamente… Unos dijeron un meteorito, otros una nave extraterrestre… Y los que apoyan ésta última teoría, el visitante dejó sus huellas (de hecho el libro de los Strugatski se llama “Picnic a la vera del Camino” en alusión irónica a lo que han dejado los visitantes en su estancia en la Tierra). En una extensa área, entre vegetativa e industrial (rodada en edificios abandonados y semiruinosos en la herrumbre de una espesa humedad) que ha sido acordonada por las autoridades militares bajo vigilancia y a prueba de curiosos que, sin embargo, algunos por capricho recurren a los “Stalker” para que les guíen a través del sendero de esa “Zona”, dónde se cree que los extraterrestres dejaron pruebas en las que el hombre puede llegar incluso tener ilimitada su sabiduría o incluso poseer una eterna fortuna…

Tarkovsky nos ofrece sus cartas para que juzguemos los diálogos en imágenes conferidas en larguísimos planos en que toda acción en el argumento queda anulada para dar lugar a éste prolongado discurso sobre la Fe (y para los no creyentes, en la paciencia aunque Dios (en éste caso el rastro que ha dejado un Ser Supremo o alienígena) a través de las escenas que discurren en el paseo que la expedición del “Stalker” (Aleksandr Kaidanovsky). Des de un punto de partida (contrarestado por el crudo tono sepia al color para diferenciar el mundo real del aparentemente enigmático que envuelva La Zona) hasta un destinatario que los dos acompañantes dominados por la curiosidad esperan resultados satisfactorios afines a sus deseos. El Escritor que busca la Palabra (Anatoly Sonolytsin) y el Profesor (Nikolai Grinko) que necesita desvelar la Verdad. Ambos representan los polares en las que se vertebra el poder intelectual hacia unos hechos ocurridos cuyo misterio no se ha descifrado. Necesitan de ambición, lo cual significa poder y saciar de dicho apetito.

Desde el hermoso verso, Tarkovsky construyó ésta sencilla reflexión acerca de cuán mísera puede llegar a ser la raza humana en la búsqueda de un estado que lo agrande en aspectos tan materialistas como espirituales. El “Stalker” (soberbia interpretación de Kaidanovsky) solamente desea amor y prosperidad en su hogar: representado por una esposa (Alisa Freyndlikh) y la inválida hija de ambos (Natasha Abramova).

Hermosa y grandiosa. Única. Hay que verla con otros ojos. Sin extraviarse. Y extraigo una película de Ciencia-Ficción radicalmente diferente a ésta: “No, no lo intentes. Hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes”.
Natxo Borràs
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