La película nos sitúa en un México todavía no caldeado por la Revolución. En el seno de una aposentada familia, Tita (Lumi Cavazos) es criada entre fogones y obligada a cuidar a su madre (Regina Torné) que la condiciona como hija soltera. Pero Tita se ha enamorado de Pedro (Marco Leonardi) aunque su matrimonio ya ha sido pactado con Gertrudis (Claudette Maillé) hermana mayor. Ésta sin embargo es raptada por un revolucionario. Mientras tanto, las experiencias en la cocina y el aso de los años despertarán en Tita una nueva forma de concebir el amor que siente hacia Pedro.

Con una excelente fotografía, Alfonso Arau (Cachitos Picantes) se basó en una exitosa ovela de Laura Esquivel en que mezclaba ingredientes fantásticos, gastronómicos y románticos ambientados en uno de los momentos más convulsos de la Historia de México. ¿Qué puede seguir uniendo el sentimiento de dos almas separadas por el destino sino la Cocina? Vivir casi bajo un mismo techo con una recia conducta impuesta por una familia conservadora no puede resultar un drama si las recetas son las adecuadas, así como el sudor y las lágrimas empleadas en el trabajo.

Se trata de la mejor película que ha realizado su director, castigado por una filmografía irregular y cuyas películas pierden la magia y sentido del humor de ésta adaptación de la también popular novela de Laura Esquivel.