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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Drama En julio de 1967, graves disturbios raciales sacudieron la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. Todo comenzó con una redada de la policía en un bar nocturno sin licencia, que acabó convirtiéndose en una de las revueltas civiles más violentas de los Estados Unidos. Los incidentes más graves ocurrieron en el motel Algiers, cuando miembros de la policía y la Guardia Nacional acudieron ante unos disparos de un arma de fogueo. (FILMAFFINITY) [+]
28 de septiembre de 2017
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que tiene un tono documental por el hecho de añadir imágenes de archivo y aportar datos biográficos de los protagonistas, la película no es tanto una crónica real de los hechos tal y como ocurrieron, ya que jamás se lograron esclarecer del todo, sino más bien una reinterpretación de los mismos con el fin de denunciar un problema que sí fue muy real en Estados Unidos en aquella época, y que seguramente no se ha terminado nunca de resolver del todo.

Personalmente, me costó entrar en la historia. Los primeros veinte minutos se me hicieron un poco difíciles de seguir, a caballo entre el reportaje y la película, y con esa cámara al hombro a la que cuesta irse acostumbrando. Pero luego la película coge vuelo y la parte central es pura tensión, la vives entre aterrado y estupefacto, y durante todo lo que ocurre en el Motel parece que no pasa el tiempo (una hora y pico de película, que se te pasa en diez minutos).

En el aspecto técnico, toda la obra va dirigida a atrapar al espectador. El guión, la fotografía, la música, todos los aspectos formales del film están rigurosamente hilvanados unos con otros, para formar un producto sólido y desasosegante. Especialmente destacable el montaje, que es el que otorga el sentido narrativo a la película. Todo engrasa bien y el resultado es un film que le produce al espectador un elevado grado de tensión, indignación y pasmo. Definitivamente, estamos ante una película incómoda de ver pero que al mismo tiempo te atrapa por completo.

Hay tres partes muy diferenciadas en la película. La primera, en la que se nos pone en situación, con la redada que dió origen al conflicto y una serie de imágenes de los disturbios. Se nos presentan los personajes principales, el chico negro que trabaja de guardia de seguridad, los cuatro componentes de un grupo musical con aspiraciones de fichar por la Motown, y un par de policías que no tienen problemas en dispararle a un negro. Esta primera parte, como digo, no me convence mucho.

Luego viene la parte central, con todo lo que pasa en el Motel. Es la parte más larga, pero se pasa en un suspiro. Pura tensión, por momentos casi insoportable. Pasan los días y no te lo sacas de la cabeza. Cuando tenía un momento de respiro me daba por pensar que lo que estaba viendo eran hechos reales y todavía lo pasaba peor. Esta parte es tan buena que borra por completo cualquier carencia de las demás. Es cine con mayúsculas. Aquí Bigelow demuestra un pulso narrativo descomunal, una maestría absoluta dirigiendo actores, manejando el tiempo, creando una atmósfera sobrecogedora y claustrofóbica. Absolutamente magistral.

La parte final baja un poco el nivel (lógico, por otra parte). El juicio y el destino de los personajes vuelve a hacerse, como la primera parte del film, de un modo precipitado, demasiado rápido y con muy poco desarrollo. Nada que ver con la parte central, en la que todo pasa casi en tiempo real.

Es la parte negativa de la película, el escaso desarrollo de los acontecimientos previos y los personajes. No se explica muy bien cómo se generó ese odio. No se entiende que los policías sean tan crueles. No hay un desarrollo adecuado de los personajes para que podamos comprender sus motivaciones, ni nos sabe llevar al año 1967 para entender plenamente el contexto en el que se desarrollaron los hechos.

Pese a esos defectos, la película es de obligado visionado. Los amantes de la música disfrutarán con referencias a John Coltrane y a los artistas de la Motown, aparte de escuchar éxitos del citado sello como el tema “Nowhere to run” de Martha & The Vandellas, o el descubrimiento (yo al menos no los conocía) del grupo The Dramatics, cuyos integrantes estaban en el motel aquella noche.

“Detroit” es una película poderosa y desgarradora. Probablemente no tendrá la repercusión de otros trabajos anteriores de la misma directora, pero a mí me gusta más esta película que sus trabajos previos. Y todo ello a pesar de que, como he mencionado, tiene multitud de cosas mejorables, que sales con la sensación de que se podría haber hecho algo mucho mejor, pero joder, lo que hace bien lo hace tan bien…

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keizz
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