Erase una vez una mansión inmensa y amenazadora con la típica familia que se muda a ella, donde han ocurrido cosas sobrenaturales y desgracias a sus anteriores propietarios que quienes se la venden se "olvidan" mencionar...
Hasta aquí una de las tantas o miles de películas iguales de posesiones y fatasmas... Pero en eso piensan los productores y el director, ¡pero si el bodrio que va ha salir es idéntico a otros...! ¿Qué tal si en vez de espectros lo cambiamos por unos duendecillos o ardillas diabólicas que salen del subsuelo de la casa? ¡Ah sí, qué buena idea! De este modo no nos podrán tachar de no ser para nada originales...- Algo así debe haber sido el diálogo mantenido entre Troy Nixey y Guillermo del Toro...
Película ridícula por donde quiera que se mire...