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China China · Qingoco
Voto de Txarly:
10
Drama. Comedia 'Cinema Paradiso' es una historia de amor por el cine. Narra la historia de Salvatore, un niño de un pueblecito italiano en el que el único pasatiempo es ir al cine. Subyugado por las imágenes en movimiento, el chico cree ciegamente que el cine es magia; pero, un día, Alfredo, el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvatore va creciendo y llega el momento en el que ... [+]
31 de mayo de 2006
244 de 285 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante. Los italianos son los reyes a la hora de transmitir emociones positivas. Nadie en el globo les hace sombra. Giuseppe Tornatore coloca unos sólidos cimientos sobre los que edifica un peliculón como la copa de un pino. Su construcción se va gestando en la cabina de proyección (quizá los primeros veinte minutos sean los más flojos...) donde se nos presenta a un enamorado del cine llamado Alfredo y a su aprendiz Totó. Y como diría mi amigo Tomine, el egregio guión y una atmósfera de ensueño modelan el ARTE que llamamos CINE. O algo así. (¡¡Saludos!!). :-)

La estrella de la película es el cine Paraíso, único vínculo sólido de todos los habitantes del pequeño pueblo. Y es acojonante. De verdad. Maravilloso. El cine cobra una vida inusual acogiendo en sus butacas a mujeres que dan el pecho, a hombres que roncan, a toda la convención de Philip Morris, a chicos que se masturban sin reparos durante la primera época del destape, a Charlot, a gandules o aficionados que veían el mismo film una docena de veces, a parejas que van a meterse mano, al cura que censura todos los besos ante el abucheo general, a un trailler de La diligencia, a amores que se encuentran, a Kirk Douglas, a un tipo al que dan matarile y sepultura, a Lo que el viento se llevó, a familias enteras que vivían cada proyección como si fuese la última, e incluso a un hijo puta faccioso de los de platea que se permitía el lujo de escupir a la plebe cuando le salía de los huevos. Y todos estos personajes y situaciones forman parte de la vida de Totó y de Alfredo, quienes desde su cubículo observan a la muchedumbre, cambian el rollo, ríen o discuten. Y todo con un lirismo, una calma, unos planos... (los hay que son oro puro), un ambiente de sosegada melancolía que tanto trabajan los italianos... que es una maravilla. Y entremedio Tornatore nos regala una de las elipsis más hermosas que he visto en mi vida. Y la película me ha arrancado recuerdos de lo que son las salas en Bombay o en El Cairo (y perdón por ir de guay), dónde familias enteras disfrutan de producciones como La momia 2 o Armagedon como si fuera la primera vez que van al cine.

Las secuencias en el muelle o antes de la tragedia en la plaza... y viendo cine... y acompañadas además por unas notas preciosistas de Ennio Morricone... nos hablan de nuestros abuelos, padres y de unos tiempos de magia, de guerra y posguerra si bien no demasiado cómodos, sí que entrañables y preciosos para todos y cada uno de los que no estuvimos allí. Chapeau. Un coloso.

Y el final ni es de los más emotivos ni de los mejores que se hayan hecho. No. Es... es simplemente hermoso. 9.6

"¡Totó. Házme caso. No vuelvas jamás aquí. ¿Me oyes? No vuelvas nunca más a este pueblo!"
Txarly
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