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Voto de Pepe Alfaro:
7
Drama Se centra en la vida de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21 años. Tras perderse los Juegos Olímpicos, Molly se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde incluso trabajó de camarera. Gracias a su inteligencia y sus dotes empresariales, la joven acabó ganando millones de dólares organizando partidas póker antes de que el FBI la investigara. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2018
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Aaron Sorkin es el nombre de un brillante dramaturgo y guionista norteamericano, autor de los libretos de "Algunos hombres buenos" (Rob Reiner, 1992) y "La red social" (David Fincher, 2010), entre otros. Su talento y prestigio en la industria se han cimentado en la realización de series de televisión como "Sports Night", "El ala oeste de la Casa Blanca", "Studio 60" y "The Newsroom". Para debutar como director en la pantalla grande se ha inspirado en un libro publicado en 2014 bajo el atrayente título de “Molly’s game (apuesta maestra), la historia real de la mujer de 26 años detrás del juego de póker clandestino más exclusivo y peligroso del mundo”, a partir del cual realiza un envite al sueño americano; y es que Sorkin parece guardarse las cartas para una apuesta de órdago en otra jugada más ventajosa.
"Molly’s game" comienza con un vertiginoso tobogán por el que el guionista y director desliza al espectador acompañando a la protagonista en su salto hacia la cima, truncado por una simple ramita en el camino, toda una metáfora sobre el frágil equilibrio que sustenta el american way of life. Sorkin da sobradas muestras de su competencia como dialoguista y relator, con un ritmo vertiginoso en ocasiones complicado seguir, sobre todo cuando la cámara entra en juego. La película se articula sobre tres pilares narrativos, cronológicamente diferenciados, que se van intercalando a lo largo del relato. La familia como raíz de ese sueño americano enfocado al único propósito de conseguir hijos de éxito, una actitud personificada en un padre tan exigente como engañoso. El segundo hilo conductor está organizado en torno a las relaciones con el abogado, la preparación de la defensa y las actuaciones de una policía federal omnipotente, según se muestra en la película con poderes para confiscar y expropiar el patrimonio de una simple sospechosa; frente a la crítica social directa, Sorkin se decanta por el buen juicio de un juez para reconocer la integridad moral de Molly y convertirla en una heroína.
Desde mi punto de vista la parte central de la narración resulta la más interesante; muestra cómo una joven arribista consigue acceder a ese reverso del olimpo, enigmático y oculto, del que solo se sabe que existe, y donde celebridades de Hollywood, empresarios, banqueros y mafiosos comparten mesa al objeto de intercambiar valiosas fichas, según la pericia y la fortuna conferida por un par de cartas. La película omite los nombres de esos ludópatas famosos, pero Molly Bloom cita en su libro al menos cuatro actores entre las decenas de asiduos a sus timbas: Leonardo DiCaprio, Ben Affleck, Tobey Maguire y Macaulay Culkin, que bien podrían haber interpretado los papeles de su (propia) vida, aunque no hagan de héroes precisamente.
Se agradece una película como esta, donde la realización sin ser brillante funciona, y donde el guion ocupa más de las veinte páginas de diálogo de una película estándar de la industria norteamericana. Además cuenta con la presencia, expresiva y exuberante, de Jessica Chastain, componiendo un personaje sobre cuyo busto gravita cada plano del film.
Pepe Alfaro
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