"Las aventuras de Jeremías Johnson", suele ser considerada como el paradigma del ecologismo en forma de western. La película nos traza la historia de un joven que tras participar en la guerra de secesión marcha hacia las Rocosas, lejos, como diría la canción, de las leyes de los hombres, en un territorio "cuasi" virgen ocupado sólo por algunas tribus indígenas y en el que la mano del hombre blanco, colonos o buscadores de oro, es prácticamente testimonial por no decir nula.
Los paralelismos que traza la película, reflejados en la experiencia del protagonista y en sus propias inquietudes, con los acontecimientos que vive norteamérica en ese momento son evidentes. Por un lado una conciencia crítica respecto a la propia nación y a su historia, la guerra del Vietnam, la sensibilidad pacifista y ecologista de amplios sectores de la sociedad civil, etc..., quedan plasmados de una u otra manera.
"Jeremias Johnson", participa de lo mejor y lo no tan bueno del cine de Pollack, logra una buena interpretación de Redford en el momento más álgido de su carrera, e intenta integrar continuamente al personaje en el paisaje a modo de comunión vital, para ello utiliza contínuos planos de las montañas, algunos un poco gratuítos que acaban, pese a su belleza, por cansar al espectador.
El tramo final no es especialmente justificable argumentalmente, y determinados elementos estéticos han envejecido (uso del zoom, sucesión interminable de fundidos), la música es notable y la calidad de la interpretación extraordinaria.
Western crepuscular muy interesante y notable en cualquier caso que forma parte de un periodo caracterizado por la búsqueda y la plasmación de nuevas inquietudes sociales en el cine, especialmente del oeste (Pequeño Gran Hombre, Un hombre llamado Caballo, La Balada de Cable Hogue, etc...).