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Voto de JoseBarriga:
9
Drama Drama familiar. Cuando Zach entra en la adolescencia y descubre que es diferente a los demás, reprimirá sus tendencias más profundas para no perder el amor de su padre. Entre 1960 y 1980, vive rodeado de sus hermanos, de Pink Floyd y los Rolling Stones, los porros fumados a escondidas, las grandes y pequeñas discusiones. Pero, sobre todo, lo que Zac busca es poder mantener la relación con su padre. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean-Marc Vallée dirige esta excepcional película, con más de drama que de comedia, donde ya desde el principio el director no intenta ocultar cuál ha sido una de sus influencias definitivas a la hora de decantarse por un modo u otro de contar la historia. De hecho la primera frase -"Desde que tengo memoria, siempre he odiado la Navidad"- da paso a un pegadizo blues que nos abre la película. Ya tenemos la inevitable conclusión: esto huele a Scorsese que no veas. Y no sólo por su fluidez y estilo narrativos -calcados a Uno de los Nuestros o a otras obras más reciente del aplicado alumno Paul Thomas Anderson- sino por esas inclusiones constantes -casi obsesivas- de la religión, ese montaje tan musical, ese toque mesiánico en ciertos momentos, o el propio retrato de las escenas familiares. Eso sí, si de algo prescinde es de la violencia que el director neoyorquino suele dotar a sus filmes. Y es que C.R.A.Z.Y. no es, evidentemente, una película de gangsters, sino la historia de una familia canadiense a través de casi dos generaciones.A pesar de que la acción se centra en los problemas de identidad y autoaceptación de un chaval que ve como su estricta educación católica le marca a la hora de reafirmarse o no en su tendencia homosexual, y de que éste es el hilo conductor de la peli, en ningún momento el director se limita a planteárnosla exclusivamente como una reivindicación gay, sino que más bien se sitúa como mero observador imparcial de la realidad que le rodea, plasmando también su atención en todas las vicisitudes que el núcleo familiar va experimentando a lo largo de los años, y esto es precisamente lo que considero que más enriquece al film y lo convierte en sobresaliente, pues todos los personajes están fabricados con mecánica de precisión (mención especial al del padre, que encarna memorablemente Michel Côté).Por lo tanto, película ágil, ligera de ver a la par que entretenidísima, y, aunque emplea una fórmula quizás ya inventada, "tomando prestado" con demasiado descaro un estilo ajeno, lo hace con delicada maestría. Muy recomendable.
JoseBarriga
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