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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Comedia Franky es un ladrón de diamantes que tiene que entregar un valioso ejemplar a su jefe Avi, pero, antes de hacerlo, se deja convencer por un tal Boris para apostar en un combate ilegal de boxeo. En realidad, se trata de una trampa para arrebatarle el diamante. Cuando Avi se entera, contrata a Tony para encontrar a Franky y al diamante. Descubierto el triste destino de Franky, la recuperación de la gema desaparecida provoca una situación ... [+]
8 de julio de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de su exitoso debut con Lock and Stock, el director Guy Ritchie jugó sobre seguro en la realización de su segunda película. Lo malo no esto porque en esta ocasión la jugada le salio no solo bien, sino incluso mejor que la primera vez. Lo peor es que no ha dejado de repetirse desde entonces con mucha peor fortuna. A final de año estrenará la que seguramente sea su película más ambiciosa, Sherlock Holmes, y todo hace pensar que se mueve en la misma onda. Y es que las películas de Guy Ritchie son arrolladoras, ingeniosas, divertidas, pero también huecas ya que detrás de tanto movimiento de cámara no suele haber una historia demasiado sólida. Y es precisamente Snatch, su película más redonda, y la que mejor resuelve esa limitación.
La historia de gángsters de poca monta, ladrones de pacotilla y estafadores de tres al cuarto, todos muy peligrosos, que cuenta Snatch, parece en realidad mucho más compleja y enrevesada de lo que realmente es. Si Guy Ritchie fuera un director clásico y lineal, la película sería seguramente como muchas otras. Pero Ritchie se caracteriza precisamente por todo lo contrario. Su puesta en escena es frenética, arrolladora, llena de trucos visuales y narrativos, endiabladamente divertida y muy ingeniosa, haciendo que la película se nos presentara en su día como lo más novedoso visto desde Pulp Fiction. Cuando, en realidad, no había para tanto, más allá de una apariencia vistosa que, eso si, funciona con una precisión milimétrica.
La película se beneficia de unas localizaciones y, sobre todo, de un reparto que transmiten veracidad por los cuatro costados. Dentro de una película coral como esta resulta difícil destacar algún trabajo en particular, sobre todo cuando todos están magníficos, como es el caso, pero sería injusto no mencionar la transformación de Brad Pitt en gitano, en una de sus interpretaciones más sorprendentes.
Viendo esta película, e incluso la primera, se ve que Guy Ritchie es un director que lleva el cine metido en las venas. Viendo las posteriores queda claro que tanto cine en las venas puede provocar sobredosis bastante indigestas. El día que aprenda a canalizar todo su virtuosismo, y lo aplique a historias más sólidas seguramente nos sorprenderá con una película más que notable.
ernesto
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