Posiblemente sea Moulin Rouge una de las películas que mas división de opiniones haya generado entre el público en los últimos años. Esto es lo que pasa con la mayoría de películas que se atreven a romper moldes, películas cuyos autores tienen un universo propio en el que se entra sin prejuicios de ningún tipo o resulta imposible disfrutar de ellos.
Moulin Rouge consigue atraparme casi sin objeciones, llevándome a un mundo casi imaginario donde la música, el amor, el humor, el descaro y el talento se dan la mano de forma contagiosa.
De todos los musicales recientes, este es seguramente el único que rompe moldes y se atreve a ofrecernos algo diferente. La excusa para todo esto es como casi siempre una historia de amor. Sobre el papel no es muy original y si, en cambio, bastante previsible. Pero viéndola en imágenes resulta de un romanticismo arrebatador en muchos momentos.
La historia avanza, como en todo musical que se precie, al ritmo de la música. Y en este caso esta música es de sobra conocida por todos, porque clásico del pop y del rock de las últimas tres décadas. Y el resultado no podía haber sido más espectacular. Todas las canciones salen ganando con las versiones que se oyen en la película. Lo que se ha hecho con Your song de Elton John o Roxanne de Police, supera en mucho las versiones originales. Además en la mayoría de los casoa van acompañadas de números musicales de imaginación arrolladora.
Tras un comienzo excesivo, confuso y agotador, la película alcanza un ritmo perfecto que no decae hasta el precioso final. Todo ello envuelto en una increíble dirección artística que nos traslada a otro mundo.
El éxito de Moulin Rouge no sería el mismo sin la pareja protagonista. La química que hay entre Nicole Kidman y Ewan McGregor resulta prodigiosa. Cantan, bailan, se enamoran y sufren de forma deslumbrante.
Baz Luhrmann no ha vuelto a dirigir desde entonces pero con solo tres películas (esta es la mejor) demuestra tener un universo propio y una personal forma de mostrarlo. Y por supuesto no es plato para todos los gustos.