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Voto de fresenius:
8
Drama. Romance Jing es una colegiala ingenua de la ciudad que debe trasladarse a un remoto pueblo en las montañas para su “reeducación” durante la Revolución Cultural. Su padre ha sido encarcelado por “derechista” y su madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento en opinión de las autoridades. Pero su prudente y tranquila existencia se ve trastocada cuando ... [+]
29 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Zhang Yimou se pone a contar una historia romántica y empieza por eliminar cualquier artificiosidad, los elementos superfluos desaparecen y es capaz de narrar visualmente lo esencial ofreciendo algo puro y conmovedor, desde luego, es un maestro. Ya lo hizo antes con “El camino a casa” (1999), una película simplemente grandiosa que particularmente tengo en un altar. Once años después lo vuelve a hacer con “Amor bajo el espino blanco” aunque se trate de una película más compleja en el sentido de que aquí la historia sí que se circunscribe a una época concreta, en mitad de la revolución cultural en la China de Mao Tse Tung. Yimou no elimina aquí, o mejor, no aparta a un lado la realidad social de la época tal como hizo en “El camino a casa”. Por eso la película de 1999 me resulta más pura y universal, lo cual no quiere decir que en “Amor bajo el espino blanco” la historia se resienta sino que toma, también, otra perspectiva al ofrecer una visión de cómo vivían ciertas familias aquella época y el proceso de reeducación. El retrato de aquellos años es también un punto de mucho interés en la película.

"Amor bajo el espino blanco" tiene una música minimalista maravillosa, casi imperceptible durante todo el film y que aparece justo en el momento. También tiene una fotografía perfecta donde Yimou deja de lado su maestría en el uso de los colores en la composición de escenas, la historia no se presta a ello. Pero lo importante es la grandísima capacidad del director de imbuirte en la historia, de implicarte con los personajes. Desde luego ayuda sobremanera el trabajo de la jovencísima Zhou Dongyu, es impecable y admirable. Cuando Yimou quiere, es capaz de mostrar la naturalidad y la inocencia de una forma tan sencilla que me resulta imposible pensar que esto sea fácil de hacer porque, desde luego, en este género lo que el director consigue no está al alcance de muchos. Me quedo con un plano: para cruzar el río por un camino de piedras Sun quiere guiar a Jing ofreciéndole un palo al que ambos se agarran y así no tener que tocar su mano pues ella no lo desea. Ambos cruzan el río mientras oscurece, Yimou baja la cámara y los vemos pasar a través de su reflejo en las aguas cristalinas.

Resulta curioso que Zhou Dongyu, con 18 años, realice aquí su primer trabajo en un largometraje, tal como hizo la bellísima Zhang Ziyi con 20 años en “El camino a casa”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fresenius
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