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España España · Madrid
Voto de Barfly:
4
Aventuras. Romance En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
20 de octubre de 2009
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En fin, me jode admitirlo, pero naufragio absoluto de Amenábar.

Como algunos sabéis, me declaro ferviente admirador de Tesis y Abre Los Ojos, dudoso razonable de Los Otros y defensor a ultranza de Mar Adentro, el blanco fácil entre los cinéfilos rockeros y bluesmen que más humor ha provocado en estos últimos años, hasta la llegada de la encantadora comedia romántica que todos tenéis en mente.

Bien, pues apúntenme a la lista de decepcionados con Agora, su proyecto más arriesgado y ambicioso y, de largo, el más fallido de todos.

No dudo de las buenas intenciones de este tipo en denunciar los fanatismos religiosos, cosa absurda y sangrante sin duda, ni su talento para dirigir la reconstrucción de Alejandría, desde luego desde un punto de vista visual la película está muy bien hecha, pero ahí encuentro yo el mismo mérito que en tener más fajos de millones que nadie y fichar a Cristiano Cagaldo o a Cacá, porque, como alguien dijo, si a mi abuela le doy ese dinero, mi abuela sabe que son buenos y los ficha.

En fin, antes de que se me convierta la cabeza en un balón de fútbol, echo en falta con este hombre el vigor y la tensión febril de sus primeras películas, pese a sus limitaciones, y ese encanto amateur y cercano que tenían. Sabía que eso no iba a estar aquí, pero al menos aspiraba a que su entrega al clasicismo resultaría más convincente que Los Otros, pero no, lo es mucho menos.

Weisz lo hace muy bien, esa belleza reposada que tiene encaja bien en el papel, pero los secundarios jóvenes, que en teoría tienen bastante importancia, son figuras desdibujadas, sosas, insignificantes. Narrativamente no hay apenas tensión, no existe capacidad para crear expectación ante lo que ves, y Amenábar parece más empeñado en mostrar al mundo que sabe filmar planos cenitales y hacer zooms desde la galaxia mejor que Spielberg que en contar una historia con pasión y hambre, cosa que Tesis y Abre Los Ojos rebosaban.

En fin, Amenábar, alguien que sigue siendo defendible pese a todo, se ha querido emborrachar de grandilocuencia y ha terminado con un coma etílico. No lo creo, pero si le hemos perdido definitivamente para el cine, al menos en la licorería seguro que encajará y se sentirá identificado.

Ay, la puta vida, qué puta es.
Barfly
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