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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Roslyn Tabor (Marilyn Monroe), una joven que llega a Reno (Nevada) para divorciarse, conoce a un viejo vaquero (Clark Gable) y decide quedarse unos días en su cabaña. Poco después, él encuentra en las montañas una manada de caballos salvajes y decide capturarlos para vender la carne, contando con la ayuda de un vaquero especialista en rodeos (Montgomery Clift). (FILMAFFINITY)
3 de mayo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
256/13(28/12/12) John Huston dirigió este melodrama crepuscular con tintes ocasisticos hacia un oeste decadente, el tiempo lo ha hecho famoso por ser el último trabajo de Marilyn Monroe y de Clark Gable. El afamado dramaturgo americano Arthur Miller estaba casado con Marilyn cuando escribió este guión para que ella la protagonizara, pero cuando se filmaba estaban en crisis matrimonial, de hecho cuando se estrenó ya estaban divorciados, Miller se inspiró en una experiencia personal, fue a reno a divorciarse de su primera mujer, allí conoció a unos vaqueros que cazaban mustangs para con su carne hacer comida para perros, esto le dio pie al relato. El libreto tuvo muchos problemas, Huston pidió a Miller que fuera al rodaje para reescribir parte de la historia (allí conoció a su siguiente esposa, la fotógrafa Inge Morath), su rodaje fue el más documentado hasta la fecha, nueve fotógrafos de la agencia magnum no paraban de congelar momentos, fue una pesadilla para Huston por las múltiples vicisitudes que daban los actores, el colmo fue tener que parar dos semanas para que la diva Monroe fuera a una clínica de desintoxicación de alcohol y drogas, todas estas dificultades se tradujeron en un film irregular, falto de ritmo. La cinta arranca con unos metafóricos títulos de crédito del gran Saul Bass (‘Vértigo’ o ‘Anatomía de un asesinato’), piezas imperfectas de un puzle, como los protagonistas, unos perdedores que ansían encajar en un mundo hostil, la acción nos sitúa en Reno (Nevada), allí se encuentran varios personajes, unos inadaptados (traducción del título original), Roslyn Taber (Excelente Marilyn Monroe) es una bailarina que está allí para conseguir un divorcio, es un sensible, cándida y vulnerable mujer que tras su máscara de alegría esconde un poso de amargura, le acompaña una amiga, Isabelle (estupenda Thelma Ritter), en un bar se encuentran con Gay Langland (carismático Clark Gable), un veterano cazador de caballos salvajes que malvive con esta profesión a punto de extinguirse, un nómada sin techo que solo tiene como meta no tener ataduras, a este le acompaña Guido (gran Elli Wallach), un mecánico que tiene una avioneta con la que se gana la vida, es un viudo que busca una mujer con la convivir, después de charlar un rato Guido los invita a una casa medio-abandonada que tiene en el desierto, está a medio edificar, la construyeron entre Guido y su esposa, al morir esta Guido no volvió a ella, los dos hombres pugnan por el favor de Roslyn, Gay es el que la enternece, al final los dos se quedan unos días en la casa, los cuatro van a un rodeo a Reno y se les une Perce Howland (buen Montgomery Clift), un trotamundos sin hogar, maltrecho joven que se dedica a los rodeos y parece tener más éxito con los porrazos que en ganar, marcado por la muerte de su padre y el esposamiento de su madre, el segundo bloque de la cinta se dedica a la caza de caballos mustangs en medio del desierto donde las pasiones se desataran. Esta es una obra que sobre todo nos habla de la soledad, de la búsqueda constante de la felicidad, de la juventud, de la vejez, de frustraciones, de dolor interior, todos los personajes conllevan fantasmas que les azotan en el alma, esto lo arrastran por la pantalla con un halo de desolación agrio. Pues bien, todo esto me es contado en medio de algunas situaciones forzadas y artificiosas, provocándome languidez en muchos tramos, el aire de pesadez triste se me hace demasiado crudo. Me transmite el relato un aire demasiado filosófico-trágico a lo que me quieren empujar con un aire áspero, con un ritmo que discurre a trompicones, con lo que la conexión con la historia es complicada, esto contribuye a una sensación de no saber muy bien hacia dónde va. Con todas sus taras deja escenas que por sí solas demuestran la maestría de Huston en transmitir emociones, deja su marca particular en el nihilismo de los personajes, la tristeza encubierta que conlleva el baile de Roslyn/Marilyn ebria en el jardín de la casa de Guido, con un sensual vestido negro con infinito escote por la espalda, deslizándose las tirantas por los brazos, moviéndose de modo erótico por el lugar, terminando abrazada al tronco de un árbol, deliciosa alegoría de lo desorientada que está, a esto le sigue una enternecedora mirada que Gay/Clark a Roslyn mientras la lleva en la pickup a su casa mientras ella duerme, ella despierta inocentemente y Gay le pregunta <Por que está tan triste creo no he conocido a una mujer más triste que usted?>, ella le responde <Es el primer hombre que me dice eso, siempre me han dicho que soy muy alegre>, todos las otras escenas destacadas están en el tramo de la caza de mustangs, con una magnífica secuencia de acorralamiento y amarrado, toda una declaración del espíritu indomable que se confunde entre los hombres y los caballos, rodado con un dinamismo trepidante, una atmósfera aventurera magnífica, Huston supo poner un brillante y esperanzador broche final (spoiler). La puesta en escena es espléndida transmitiendo la sequedad de ánimo de los protagonistas, emitiendo una trémula melancolía, empezando por una soberbia fotografía en glorioso blanco y negro de Russell Metty (‘Espartaco’), con sugerentes travellings y vibrantes tomas aéreas, así como jugando con claroscuros deprimentes en la intimidad de la noche, a esto se suma una notable música del maestro Alex North (‘Viva zapata!’ o ‘Cleopatra’), encauzadora delicada de emociones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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