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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Romance. Drama Nueva York, años 50. Therese Belivet (Rooney Mara), una joven dependienta de una tienda de Manhattan que sueña con una vida mejor, conoce un día a Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer elegante y sofisticada que se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz. Entre ellas surge una atracción inmediata, cada vez más intensa y profunda, que cambiará sus vidas para siempre. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2016
161 de 220 usuarios han encontrado esta crítica útil
214/17(29/12/15) Sobrevalorado film de Todd Haynes, que vuelve a lo que más sabe ofrecer, un melodrama sórdido sobre un amor contracorriente, que debe sortear las barreras de su tiempo, de nuevo enmarcando su historia en los años 50, como ya hizo en “Lejos del cielo”, y con una protagonista de clase alta, también Cate Blanchett, en este caso junto a una joven de clase baja, entrelazándolas en un amor tabú para el tiempo. Una narración sustancialmente visual, aminorando la fuerza de los diálogos y porfiando la fuerza del relato en sus por momentos poéticas y delicadas imágenes, con miradas, gestos, insinuaciones o roces, en lo que es un juego de dulce seducción, ello apoyado en un excelente trabajo de cámara, con movimientos sugerentes alrededor de las dos protagonistas. Pues bien todo esto me queda plúmbeo, hueco, no veo la cacareada lucha contra la sociedad, apenas veo su sufrimiento, no me cuenta algo nuevo, no hay giros, todo me ha resultado lineal, un bonito envoltorio para poco contenido, además de excesivo. Como bien he leído, si no fuera por sus dos grandes actuaciones y por su elegante puesta en escena no dejaría de ser un telefilm.

Estamos a principio de los años 50 en Nueva York, Theresa Belivet (Rooney Mara) es una joven que trabaja de dependienta en la sección de juguetes de los grandes almacenes Frankenberg, su gran afición es la fotografía, tiene un medio-novio, Richard Semco (Jake Lacy), en tiempo de Navidad aparece por la tienda la elegante Carol Aird (Cate Blanchett), mujer de mediana edad con una hija y en trámites de divorcio de Harge (Kyle Chandler), entre las dos surgen un juego de miradas, ella va a comprar un regalo para su hija, comenzando entre las dos una relación primero de amistad. También tiene importancia en la historia Abby (Sarah Paulson), íntima amiga de Carol.

El guión de Phyllis Nagy se basa en una novela, “El precio de la sal” (1952), semi-auto-biográfica de Patricia Highsmith (“Extraños en un tren” o “El talento de Mr. Ripley”), publicada bajo el seudónimo de Claire Morgan, y reeditada en 1990 con su verdadero nombre y retitulándola “Carol”, la guionista quiso ser lo más fiel posible al libro, aunque cambió algunos detalles, como que la novela está contada desde el punto de vista de Theresa, el film tiene un enfoque bidimensional, a través de las dos protagonistas, asimismo cambia la vocación de diseñadora de escenarios del libro a fotógrafa en la cinta, y le cercena fondo familiar a Therese, no sabremos nada de su pasado como sí en el libro. Es el relato de dos mujeres pertenecientes a diferentes capas sociales que encuentran en un cruce de miradas un flechazo que cambiará sus vidas, un amor que irá germinando gradualmente hasta florecer en un viaje, con la primera caricia y el primer beso llegan a la expresión del amor carnal. Todo contado con sobriedad, sofisticación, sin morbo, ni sexo gratuito, sin truculencias ni artificios. Es curios ver como se manejaba de torticeramente una ley USA, “La clausula de moralidad”, por la que una mujer podría ser reprobada de su condición de madre si mantenía una relación indecorosa, en este caso llámese amor homosexual, además de volver a ver como la homosexualidad era visto como una enfermedad, como en el film del año pasado “Imitation game”, indignante.

Lo malo es que se me ha quedado en algo naif, no me llega a historia trágica, ni a loa al amor por encima de los obstáculos, apenas me roza su pretendida emoción, me queda una previsible historia de amor que no pinza, y lo que es peor su ritmo discurre a trompicones habiendo fases donde llega el tedio, con situaciones redundantes, como los encuentros entre Therese y Richard, le falta capacidad de síntesis para dar solidez.

Las actrices protagonistas son las que sacan a esta historia del montón. Cate Blanchett compone con elegancia a Carol, una mujer autosuficiente, segura, de fuerte carácter, con lenguaje gestual y de miradas fascinante, su modo de moverse, la forma de encenderse un cigarrillo, como se mueve la melena, como sonríe, una gran actuación. Rooney Mara dota a su Therese de inocencia, de inquietudes, de ternura, de fragilidad, de vulnerabilidad, de mirada limpia, la actriz la dota de aristas y profundidad, haciendo de ella una mujer que busca su lugar en el mundo. El resto del elenco no dejan especial huella les falta dimensión a Kyle Chandler, Sarah Paulson o Jake Lacy, algo en lo que hierra el film.

La puesta en escena rezuma elegancia, con un muy cuidado diseño de producción de Judy Becker (“The Fighter” o “Shame”), sabiendo recrear un Nueva York de época, con sus contrastes entre la pensión humilde en la que vive Therese y la gran casa en la que reside Carol, o ese viaje emprendido por las dos, moviéndose por habitaciones de moteles deprimentes, o los semioscuros bares neoyorkinos, se suma un hermoso vestuario de la diseñadora Sandy Powell (“Gangs o New York” o “El Lobo de Wall Street”) resaltando el color rojo, todo esto potenciado por la sugestiva Fotografía de Edward Lachman (“Erin Brockovich” o “Las vírgenes suicidas”), con un patinado de colores cálidos, resaltando los verdes, rojos, rosas, mostrando a las amantes en ocasiones a través de ventanas, como es el caso del comienzo que engarza circularmente con el tramo final en que los cristales alegóricamente están mojados por la lluvia (símbolo dramático), o mirándose a través de puertas (símbolo de su separación) realizando encuadres preciosos, jugando con sombras de reminiscencias noir, con tomas influenciadas por el pintor de New York Edward Hopper (1882-1967). Adornado todo por las bellas melodías de Carter Burwell (Miller’s Crossing”, “Fargo” o “Rob Roy”), ambientando de modo dulce y emocional, muchos tramos que por sí solos no pueden, de ecos nostálgicos, siendo elemento fundamental para elevar la calidad sentimental de la historia.

Film que pretende más de lo que puede, interesante por su ambientación y maravillosas actrices. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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