134/01(03/08/13) Tenía puestas esperanzas en esta cinta, pero la realidad me ha dado un zas en la boca. Fallido intento de thriller apocalíptico, los hermanos Alex y David Pastor tienen demasiada pretenciosidad para un relato con un punto de partida con muchas posibilidades pero que en su desarrollo cae en la inanidad, está relleno de casi nada. Las ínfulas moralizantes sobre afrontar nuestros miedos me queda en una pueril fábula sin sustancia ni poder de calado.
En un futuro muy cercano una enigmática patología asola todo el planeta, la humanidad en masa adolece de agorafobia, no puede salir a la calle, esto les provoca ataques de pánico que hace les reviente el cerebro. Los protagonistas son Marc (buen Quim Gutierrez) y Enrique (buen José Coronado), los dos están encerrados con más personas en el edificio barcelonés en el que trabajaban. Marc se quedó separado de su mujer Julia (inane marta Etura), de la que sabe nada desde hace meses desde que la dejó en casa para ir al curro. Tras arduos trabajos de picapedreros los del edificio han conseguido perforar en el sótano hasta llegar al metro, de este modo podrán comunicarse con el resto de Barcelona, Marc decide emprender viaje para dar con Julia y pide ayuda a Enrique pues este tiene un GPS, Enrique era el encargado en la empresa de Marc de reestructurarla despidiendo a gente.
El atractivo punto de inicio se va diluyendo cual azucarillo en la vacuidad de una evolución ramplona donde solo es recordable las imágenes de una Barcelona caótica, el resto es un guión mal trabajado, vago, hay un océano de posibilidades y ni rozan la superficie. Las escenas de acción no pasan de triviales, con algunas que llegan a producir vergüenza ajena, ejemplo la del supermercado. El ritmo languidece en medio de un metraje letárgico, ansían hondura dramática donde hay una esquemática construcción de personajes. Los diálogos resultan una profusión de clichés y de simplezas, la previsibilidad brilla con fuerza. El uso de los flash-backs desvía la atención y solo demuestra la poca fiabilidad de los realizadores en que entendamos lo que vemos, una escena de sexo metida con calzador para que veamos las tetillas de Marta Etura. No se genera empatía con los personajes, nos da igual lo que les pase, las situaciones no nos producen emociones, discurren livianamente hacia un final meloso, edulcorado y cuasi-vomitivo, un epílogo zafio sacado de ‘El Señor de Las Moscas’. No consigue crearse entre Marc/Quim y Enrique/José química, son dos autómatas que se mueven por estereotipos, se sabe hacia dónde van y como acabaran, nada se sale del molde, y ojo no es que estén mal, es que el guión es un muro insalvable. Es una obra a la que se le echan en falta ideas originales, más arrojo, más tenebrosidad, más mala leche, incorrección política y no una colección de tópicos inabarcable.
Tampoco es que su arranque sea muy original, ya lo retrató Luis Buñuel en la mexicana ‘El Ángel Exterminador’ de 1962, en este caso para criticar a la burguesía, aquí los directores quieren hacer un todo y la idea se les escurre de las manos, el tráiler está mucho mejor que la película que adolece de mínima fascinación.
Fuerza y honor!!!