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Voto de TOM REGAN:
8
2006
James Manos Jr. (Creador), John Dahl ...
7,9
61.861
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama
Serie de TV (2006-2013). 8 temporadas. 96 episodios. Dexter es un forense especializado en análisis de salpicaduras de sangre en el Departamento de Policía de Miami. También es un fiel novio, un divertido padrastro, un hermano confidente y ―para algunos― un freak de la sangre. Pero además, Dexter es un psicópata que, al terminar su turno en la comisaría, busca a criminales cuestionables para saciar su particular moral y los mata: Dexter ... [+]
1 de octubre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
162/12(25/09/13) Acabo de terminar de ver la octava y última temporada, 96 episodios con decenas de muertos, y mi opinión es que hay muchas series que se estiran sin aportar ideas nuevas, degradándose peligrosamente y emborronando lo que fue algo extraordinario, ‘Dexter’ es buena prueba de ello, cuatro grandísimas temporadas que se han ido deteriorando, aunque siempre entretenidas, hay un socavón en la quinta y sexta temporada. La cadena Showtime en 2006 comenzó la emisión de una serie transgresora, en la que lo políticamente incorrecto está permitido, empezando por que el protagonista es un psicópata feroz, un depredador que lleva consigo, el llamado por él ‘El oscuro pasajero’ (título del libro, de Jeff Lindsay en el que se basa la serie), es un ser taciturno, un lobo solitario, carente de sentimientos, botón de muestra una frase lapidaria de él <Debra (su hermanastra) es la única persona en el mundo que me quiere y eso es agradable. No tengo sentimientos hacia nada, pero si los tuviera, sería hacia ella.> ello provocado por un trauma de la infancia en que presencio como unos sanguinarios tipos asesinaban a su madre. El peso de la serie lo soporta Michael C. Hall, que también es productor ejecutivo, y lo hace de forma sobresaliente, aporta los matices necesarios para transmitir empatía, desprende frialdad, ingenio, taciturnidad, incluso misantropía, y aún así irradia magnetismo, es un personaje que a pesar de su amoralidad mantiene unos pétreos principios éticos, infundidos por su padrastro, Harry Morgan (excelente James Remar) que al detectar de adolescente su vena sociópata decidió reconducirlo y ya que sufría una ansiedad asesina incontrolable, lo adiestró para acabar únicamente con criminales, para lo que le inculcó ‘El método Harris’ para que no le pillaran, Harry ha muerto, pero de vez en cuando se le aparece cual ‘Pepito Grillo’ para aconsejarle y guiarle en su lado oscuro, Dexter de mayor se ha convertido en forense criminal en el departamento de Policía de Miami, donde también trabaja su hermanastra Debra (Jennifer Carpenter) como detective, este empleo le sirve para encontrar presas. Carpenter empieza la serie pasada de vueltas, pecando de histrionismo pero a medida que avanzan los episodios gana en peso y carisma. Dexter, para no parecer un bicho raro se ha echado una novia, Rita (deliciosa Julie Benz), una mujer con dos hijos y que acaba de salir de un matrimonio problemático en el que sufrió malos tratos. Con este oscuro punto de partida se desarrolla una trama sórdida en la que temporada a temporada Dexter va evolucionando hacia llegar a mostrar sentimientos, con una puesta en escena maravillosa, unos títulos de crédito fascinantes, en los que se hacen metáforas visuales de las rutinas al levantarse con métodos de matar, desde asfixiar (ponerse una camiseta), estrangular (apretar unos cordones), acuchillar (trocear un filete), y más, soberbios, acompañados por una música magnífica de Daniel Licht, luego viene la voz en off del protagonista que te va guiando y revelando sus miedos, sus anhelos, su vena asesina.
En la primera temporada nos presentan a los personajes, descubrimos a este singular exterminador, a sus compañeros de comisaria y a su pareja, descubrimos sus normas al matar, y se encuentra con su némesis, ‘El Asesino Del Camión De Hielo’, descuartiza a sus víctimas, les extrae la sangre y deja pistas intimas a Dexter comenzando un siniestro juego en el que su infancia tendrá mucha importancia, resulta apasionante cómo vamos conociendo a este singular vengador, como la serie provoca que nos veamos involucrados en su vorágine depredadora, como su antagonista juguetea con él de modo perverso, gran comienzo.
La segunda temporada mantiene el listón muy alto, su cementerio marino es descubierto y se ve acosado por las sospechas de que algo oculta del detective de homicidios James Doakes (Erik King), a la vez que tiene lidiar con una crisis de pareja, echándose en brazos de una retorcida Lina (buena Jaime Murray). Es de una gran tensión, con un increscendo dramático muy bien llevado.
En la tercera el nivel decae peligrosamente, Dexter traba una sombría amistad con el fiscal Miguel Prado (buen Jimmy Smits), al que le cuenta su secreto intuyendo erróneamente que puede ser su compañero de sociopatía, enfrentándole a él. Esto se mezcla con un radical cambio en la vida familiar de Dexter, Rita está embarazada, Dexter será padre. Las ideas parecen escasear en esta tanda, se vuelve rutinaria la trama, lenta, redundante, incoherente con el modo de actuar de Dexter, hay momentos en que la trama chirría bastante.
En la cuarta nos volvemos a reconciliar con la serie, asistimos a como Dexter intentará compaginar su nueva vida familiar, es padre de un bebe, Harrison, con su ‘Oscuro Pasajero’, intenta fijarse en un psicópata que ha descubierto, Arthur Mitchell ‘Trinity’ (John Lithgow), un hombre en apariencia hogareño, con una familia, se dedica a construir casas sociales, pero al igual que Dexter oculta en su interior a un asesino patológico, el duelo final entre los dos tendrá el mejor y más estremecedor broche conclusivo de toda la serie, impactante, te dejará en estado de shock. Esta tanda tiene además el villano por antonomasia de ’Dexter’ la más brillante composición de los 8 años, el menos lineal de todos y Lithgow lo borda dotándolo de humanidad y multitud de aristas, incorporándole un tremendo carisma.
En la quinta entrega sucedió al parecer algo que a la postre se tornó en dañino, es la marcha del show runner (el conductor de los guionistas) de la serie. Dexter tiene que afrontar el trauma surgido en el final de la temporada anterior, a la vez que foga su stress con más sangre, en una de estas salva a una mujer, Lumen (buena Julie Stiles), con la que tiene una relación sentimental, esto mientras tiene que enfrentarse a un grupo organizado de asesinos liderados por el poderoso Jordan Chase (buen Johnny lee Miller),… (sigue en spoiler sin)
En la primera temporada nos presentan a los personajes, descubrimos a este singular exterminador, a sus compañeros de comisaria y a su pareja, descubrimos sus normas al matar, y se encuentra con su némesis, ‘El Asesino Del Camión De Hielo’, descuartiza a sus víctimas, les extrae la sangre y deja pistas intimas a Dexter comenzando un siniestro juego en el que su infancia tendrá mucha importancia, resulta apasionante cómo vamos conociendo a este singular vengador, como la serie provoca que nos veamos involucrados en su vorágine depredadora, como su antagonista juguetea con él de modo perverso, gran comienzo.
La segunda temporada mantiene el listón muy alto, su cementerio marino es descubierto y se ve acosado por las sospechas de que algo oculta del detective de homicidios James Doakes (Erik King), a la vez que tiene lidiar con una crisis de pareja, echándose en brazos de una retorcida Lina (buena Jaime Murray). Es de una gran tensión, con un increscendo dramático muy bien llevado.
En la tercera el nivel decae peligrosamente, Dexter traba una sombría amistad con el fiscal Miguel Prado (buen Jimmy Smits), al que le cuenta su secreto intuyendo erróneamente que puede ser su compañero de sociopatía, enfrentándole a él. Esto se mezcla con un radical cambio en la vida familiar de Dexter, Rita está embarazada, Dexter será padre. Las ideas parecen escasear en esta tanda, se vuelve rutinaria la trama, lenta, redundante, incoherente con el modo de actuar de Dexter, hay momentos en que la trama chirría bastante.
En la cuarta nos volvemos a reconciliar con la serie, asistimos a como Dexter intentará compaginar su nueva vida familiar, es padre de un bebe, Harrison, con su ‘Oscuro Pasajero’, intenta fijarse en un psicópata que ha descubierto, Arthur Mitchell ‘Trinity’ (John Lithgow), un hombre en apariencia hogareño, con una familia, se dedica a construir casas sociales, pero al igual que Dexter oculta en su interior a un asesino patológico, el duelo final entre los dos tendrá el mejor y más estremecedor broche conclusivo de toda la serie, impactante, te dejará en estado de shock. Esta tanda tiene además el villano por antonomasia de ’Dexter’ la más brillante composición de los 8 años, el menos lineal de todos y Lithgow lo borda dotándolo de humanidad y multitud de aristas, incorporándole un tremendo carisma.
En la quinta entrega sucedió al parecer algo que a la postre se tornó en dañino, es la marcha del show runner (el conductor de los guionistas) de la serie. Dexter tiene que afrontar el trauma surgido en el final de la temporada anterior, a la vez que foga su stress con más sangre, en una de estas salva a una mujer, Lumen (buena Julie Stiles), con la que tiene una relación sentimental, esto mientras tiene que enfrentarse a un grupo organizado de asesinos liderados por el poderoso Jordan Chase (buen Johnny lee Miller),… (sigue en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… esta tanda es de las más flojas, tiene buenos momentos pero la sensación general es de relajación en los guiones, vaguedad estructural, nada aporta a la evolución de la serie, el declive de la serie empieza.
El declive continúa en la sexta. Los antagonistas esta vez son James Gellar (buen Edward James Olmos) y Travis Marshall (Colin Hanks), dos asesinos ritualistas que componen dioramas católico-apocalípticos con sus víctimas. El final resulta sorprendente pero a la vez forzado y nada creíble. Esta tanda prolonga la redundancia, el estancamiento, las sensaciones son de un producto cansado, sin nuevas propuestas. Pretenden explorar las reflexiones morales de Dexter a través de la religión y se quedan en la superficie. Aún así muy entretenida.
La séptima es un batiburrillo de buenas ideas con otras malas, entre las buenísimas es la aparición de un villano magnífico, Isaak Sirko (gran Ray Stevenson), un complejo mafioso ucraniano que tendrá un tour de forcé espléndido con Dexter. También Dexter conoce a la que será su turbador amor, Hanna McKay (bella Yvonne Strahovski), una sutil asesina especialista en venenos. Debra ha descubierto al ‘Oscuro pasajero’, y sufre un tormento interior, a la vez la jefa del policial Laguerta comienza una investigación para exculpar a Doakes y da con que ‘El Carnicero De La Bahía’ puede ser Dexter, lo que desemboca en un final demasiado artificioso, metido con calzador para ser plataforma de despegue de la última temporada. Bastante mejor que la sexta, trepidante y muy amena.
La octava y última sesión nos deja unos irregulares 12 capítulos nos deja un antagonista bastante plúmbeo, sin alma, naif. Entre lo bueno está la aparición de una gran Charlotte Rampling como neuropsiquiatra que se convierte en una especie de madre de Dexter. Su desarrollo se me hace aturullado, aparecen una tropa de asesinos que te anulan emociones con tanto giro inverosímil, los guionistas denotan vagancia de recursos inteligentes, tiene una estructura que no aguanta el menor análisis, los personajes reaccionan de modo incoherente, teniendo su clímax en un final flojo, que al querer hacer el epílogo la caga a base de bien, unos segundo finales penosos.
Le pondría el defecto que las historias de los secundarios carecen de interés en todas, llegando a lastrar en momentos el buen ritmo, empezando por un Batista (inane David zayas), Laguerta (insulsa Lauren Vélez), o Quinn (Desmond harrington) sus tiras y afloja me resultan forzados y aportan cero, son un peso muerto que transmiten cero empatía, el único reseñable al que deberían darle más cancha es Vince Masuka (excelente C. S. Lee), un tipo que emite buen rollo. Los defectos son pellizquitos de monja soportables ante todo lo bueno que posee esta serie, esto en las primeras 4 temporadas en las 2 siguientes hay una caída que intenta reponerse en las dos últimas y a medias lo consigue, pues hay altibajos, aunque los puntos álgidos la elevan hasta un 8 global. Muy apreciables son sus dosis de humor negro que desengrasan la acidez del relato. Recomendable a todos los que gusten de series extraordinarias que se salen de lo políticamente correcto, que llegan a sacar nuestro instinto básico. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
El tramo final del último capítulo me es decepciónate, que Dexter decida solo un día después de entrar en el hospital sacrificar a su hermana me parece ridículo, los guionistas han tenido muchas prisas y no han sabido componer un tono dramático adecuado. Lo de tirar a su hermana en el mar como a uno más de los serial-killers es de una torpeza patética, y ya cuando al menos pensamos que Dexter va a tener una muerte digna adentrándose en la Naturaleza Salvaje de un huracán, pues nos cuelan un chusco epílogo.
El declive continúa en la sexta. Los antagonistas esta vez son James Gellar (buen Edward James Olmos) y Travis Marshall (Colin Hanks), dos asesinos ritualistas que componen dioramas católico-apocalípticos con sus víctimas. El final resulta sorprendente pero a la vez forzado y nada creíble. Esta tanda prolonga la redundancia, el estancamiento, las sensaciones son de un producto cansado, sin nuevas propuestas. Pretenden explorar las reflexiones morales de Dexter a través de la religión y se quedan en la superficie. Aún así muy entretenida.
La séptima es un batiburrillo de buenas ideas con otras malas, entre las buenísimas es la aparición de un villano magnífico, Isaak Sirko (gran Ray Stevenson), un complejo mafioso ucraniano que tendrá un tour de forcé espléndido con Dexter. También Dexter conoce a la que será su turbador amor, Hanna McKay (bella Yvonne Strahovski), una sutil asesina especialista en venenos. Debra ha descubierto al ‘Oscuro pasajero’, y sufre un tormento interior, a la vez la jefa del policial Laguerta comienza una investigación para exculpar a Doakes y da con que ‘El Carnicero De La Bahía’ puede ser Dexter, lo que desemboca en un final demasiado artificioso, metido con calzador para ser plataforma de despegue de la última temporada. Bastante mejor que la sexta, trepidante y muy amena.
La octava y última sesión nos deja unos irregulares 12 capítulos nos deja un antagonista bastante plúmbeo, sin alma, naif. Entre lo bueno está la aparición de una gran Charlotte Rampling como neuropsiquiatra que se convierte en una especie de madre de Dexter. Su desarrollo se me hace aturullado, aparecen una tropa de asesinos que te anulan emociones con tanto giro inverosímil, los guionistas denotan vagancia de recursos inteligentes, tiene una estructura que no aguanta el menor análisis, los personajes reaccionan de modo incoherente, teniendo su clímax en un final flojo, que al querer hacer el epílogo la caga a base de bien, unos segundo finales penosos.
Le pondría el defecto que las historias de los secundarios carecen de interés en todas, llegando a lastrar en momentos el buen ritmo, empezando por un Batista (inane David zayas), Laguerta (insulsa Lauren Vélez), o Quinn (Desmond harrington) sus tiras y afloja me resultan forzados y aportan cero, son un peso muerto que transmiten cero empatía, el único reseñable al que deberían darle más cancha es Vince Masuka (excelente C. S. Lee), un tipo que emite buen rollo. Los defectos son pellizquitos de monja soportables ante todo lo bueno que posee esta serie, esto en las primeras 4 temporadas en las 2 siguientes hay una caída que intenta reponerse en las dos últimas y a medias lo consigue, pues hay altibajos, aunque los puntos álgidos la elevan hasta un 8 global. Muy apreciables son sus dosis de humor negro que desengrasan la acidez del relato. Recomendable a todos los que gusten de series extraordinarias que se salen de lo políticamente correcto, que llegan a sacar nuestro instinto básico. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
El tramo final del último capítulo me es decepciónate, que Dexter decida solo un día después de entrar en el hospital sacrificar a su hermana me parece ridículo, los guionistas han tenido muchas prisas y no han sabido componer un tono dramático adecuado. Lo de tirar a su hermana en el mar como a uno más de los serial-killers es de una torpeza patética, y ya cuando al menos pensamos que Dexter va a tener una muerte digna adentrándose en la Naturaleza Salvaje de un huracán, pues nos cuelan un chusco epílogo.