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Voto de TOM REGAN:
8
2017
Ryan Murphy (Creador), Ryan Murphy ...
7,7
4.578
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (2017). 8 episodios. La serie explora famosos roces y enemistades entre celebridades y miembros del mundo del espectáculo. Esta primera entrega cuenta la historia de la legendaria rivalidad entre dos de las más grandes estrellas de cine de todos los tiempos, Joan Crawford y Bette Davis, centrándose sobre todo en la relación de ambas actrices en 1962, con una película que esperaban relanzara sus carreras: "¿Qué fue de Baby Jane?". (FILMAFFINITY) [+]
27 de junio de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
127/16(19/06/17) Otro notable acierto de Ryan Murphy (le acompañan Jaffe Cohen, y Michael Zam), ha creado una serie cautivadora para el canal FX, ('Feud' significa "discordia, enemistad, disputa" de largo recorrido) serial autoconclusivo de antología (especialista como ha demostrado con “American horror story” y “American crime story”) centrado en auténticas disputas y rivalidades famosas, en esta primera temporada de ocho episodios se dedica a la legendaria enemistad entre dos divas del cine de la época dorada de Hollywood, Joan Crawford y Bette Davis, teniendo su apogeo en el film que rodaron juntas, “Que fue de Baby Jane” (1962), manteniendo las dos un sibilino duelo de manipulaciones y caprichos, por ser una más que la otra. A pesar de continuos enfados, el film las devolvió al estrellato y Davis estuvo nominada al Oscar por su papel en ella, finalmente no ganó. La historia del difícil rodaje, y sobre todo de cómo el jefe de la Warner (Jack Warner) y el director (Robert Aldrich), explotaron el morbo y pinchaban a las intérpretes para dar que hablar en la prensa (aquí representados en la reina de los cotilleos hollywoodienses [con permiso de Luella Parsons], Hedda Hopper) durante la filmación. El guión siendo escrito, al mismo tiempo que Murphy estaba formando su medio Fundación, que promueve una mayor presencia de mujeres en puestos de producción de cine y televisión. La temporada cuenta con 15 funciones que actúan para mujeres de más de 40, y la mitad de los episodios fueron dirigidos por las mujeres, incluyendo Helen Hunt. Los guiones son escritos por el propio Murphy (dirige 3 ep.), 3 ep. Jaffe Cohen (“Mejor… imposible”), 2 ep. Michael Zam, 2 ep. y dirige 1, Tim Minear (“American Horror History”), y 2 ep. Gina Welch (“Ray Donovan”), Murphy promueve una mayor presencia de mujeres en puestos de producción de cine y televisión, es por ello que esta serie tiene tanto desequilibrio en favor de las féminas, la mitad de los episodios fueron dirigidos por mujeres, Gwyneth Horder-Payton, Liza Johnson, Gina Welch, y la actriz (oscarizada) Helen Hunt. Llama la atención que hay cuatro actrices oscarizadas involucradas en la producción, Jessica Lange, Susan Sarandon y Catherine Zeta-Jones, como actrices, y en la realización (del séptimo ep. Dedicado a la filmación de “Canción de cuna para un cadáver”) Helen Hunt, las tres primeras interpretando a otras tres oscarizadas, Joan Crawford, Bette Davis y Olivia de Havilland, respectivamente. Entre sus sabrosos alicientes que la protagonizan dos Titanes de la actuación, Jessica Lange y Susan Surandon, dos maduras que deslumbran por su carisma y fuerte carácter, manteniendo un tour de forcé apasionante, junto a ellas secundarios de lujo como Alfred Molina, Stanley Tucci y Judy Davis. Tratando tangencialmente a la rivalidad (envidias, egoísmo, divismo, arrogancia, odio, …) temas como el machismo reinante en la Meca del Cine, la discriminación por edad para las actrices, la misoginia, o las complicadas relaciones materno-filiales entre una madre soltera estrella y sus hijas. FX renovó la serie para una segunda temporada de 10 episodios llamada “Carlos y Diana”, centrado en la relación entre Carlos, Príncipe de Gales y Diana, princesa de Gales, se espera su estreno para 2018.
Expone con elegancia y mordacidad incisiva pero sutil la tensa relación reinante entre estas dos caprichosas divas, un trato entre ellas cercano al cainismo, turbador entente que se movía entre la envidia, el amor, el odio, los celos, las travesuras, el respeto profesional y todo ello retroalimentado por las manipulaciones del entorno. Mostrando unas starlets neuróticas, maniáticas, vengativas, egocéntricas, arrogantes, ello en un ecosistema cerrado y voluble como el de Hollywood, gente que vive en una burbuja snob. La serie sirve colateralmente para hacer una radiografía notable del Hollywood del momento, del modo en que eran tratadas las actrices mayores, las que ya en su belleza se comienza ver el crepúsculo, y con ello la derivada del machismo intrínseco de la Meca del Cine, se analiza el modo en que el sistema de Estudios (epítome aquí Jack Warner) maleaba a su antojo (a los intérpretes y realizadores) con tal de elevar sus potenciales réditos taquilleros, asimismo se entra en las dificultades para las estrellas de compaginar su vida profesional con sus relaciones familiares, esto reflejado en las complicadas relaciones materno-filiales alienantes, ejemplo fueron los libros que escribieron sus hijas (Christina Crawford “Queridísima mama”, y de BD Hyman “My mother’s keeper”).
Serie que se desarrolla con un ritmo fluido, en base a diálogos agudos, lacerantes, sibilinos, viperinos, tratando además de los temas referidos la soledad tras el éxito, el vacío que deja a las personas que alguna vez fueron mucho y en su ocaso son un juguete roto. Evolucionando mezclando el drama y el humor, comedia que brota del patetismo de la relación entre las divas, abriéndonos la trastienda del cine, sus complicaciones, el modo en que cada diva intentaba comer terreno a la otra seduciendo al director con sus armas de mujer.
Los tres primeros episodios se centran en el rodaje del famoso film “Que fue de Baby Jane?”, mostrando la génesis del film, la dificultosa pre-producción, el tensa y alambicado rodaje, los dos siguientes se enfocan sobre los premios Oscars, primero asistimos a la campaña de promoción del film en el que no participa la Crawford, y de esto se aprovecha la Davis, lo que pudo dar lugar a que solo nominaran a la que dio la cara, Bette Davis, esto deriva en el quinto capítulo extraordinaria hoguera de las vanidades. El sexto y séptimo se dedica al intento de reverdecer el éxito de “Que fue de Baay Jane?”, otra vez las dos juntas dirigidas (otra vez) por Aldrich, “Canción de cuna para un cadáver”, pero aquí los problemas se maximizaron por estar la Davis en la producción, explotando los celos de la Crawford hasta llevar la producción al límite… (sigue en spoiler)
Expone con elegancia y mordacidad incisiva pero sutil la tensa relación reinante entre estas dos caprichosas divas, un trato entre ellas cercano al cainismo, turbador entente que se movía entre la envidia, el amor, el odio, los celos, las travesuras, el respeto profesional y todo ello retroalimentado por las manipulaciones del entorno. Mostrando unas starlets neuróticas, maniáticas, vengativas, egocéntricas, arrogantes, ello en un ecosistema cerrado y voluble como el de Hollywood, gente que vive en una burbuja snob. La serie sirve colateralmente para hacer una radiografía notable del Hollywood del momento, del modo en que eran tratadas las actrices mayores, las que ya en su belleza se comienza ver el crepúsculo, y con ello la derivada del machismo intrínseco de la Meca del Cine, se analiza el modo en que el sistema de Estudios (epítome aquí Jack Warner) maleaba a su antojo (a los intérpretes y realizadores) con tal de elevar sus potenciales réditos taquilleros, asimismo se entra en las dificultades para las estrellas de compaginar su vida profesional con sus relaciones familiares, esto reflejado en las complicadas relaciones materno-filiales alienantes, ejemplo fueron los libros que escribieron sus hijas (Christina Crawford “Queridísima mama”, y de BD Hyman “My mother’s keeper”).
Serie que se desarrolla con un ritmo fluido, en base a diálogos agudos, lacerantes, sibilinos, viperinos, tratando además de los temas referidos la soledad tras el éxito, el vacío que deja a las personas que alguna vez fueron mucho y en su ocaso son un juguete roto. Evolucionando mezclando el drama y el humor, comedia que brota del patetismo de la relación entre las divas, abriéndonos la trastienda del cine, sus complicaciones, el modo en que cada diva intentaba comer terreno a la otra seduciendo al director con sus armas de mujer.
Los tres primeros episodios se centran en el rodaje del famoso film “Que fue de Baby Jane?”, mostrando la génesis del film, la dificultosa pre-producción, el tensa y alambicado rodaje, los dos siguientes se enfocan sobre los premios Oscars, primero asistimos a la campaña de promoción del film en el que no participa la Crawford, y de esto se aprovecha la Davis, lo que pudo dar lugar a que solo nominaran a la que dio la cara, Bette Davis, esto deriva en el quinto capítulo extraordinaria hoguera de las vanidades. El sexto y séptimo se dedica al intento de reverdecer el éxito de “Que fue de Baay Jane?”, otra vez las dos juntas dirigidas (otra vez) por Aldrich, “Canción de cuna para un cadáver”, pero aquí los problemas se maximizaron por estar la Davis en la producción, explotando los celos de la Crawford hasta llevar la producción al límite… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… El octavo refleja el triste epílogo de las dos actrices, su decadencia profesional, con la Davis cayendo en producciones televisivas y la Crawford en producciones serie Z.
Jessica Lange magnífica en el rol de Joan Crawford (nombre verdadero Lucille Lesueur), mostrando toda una amalgama de emociones encontradas autosuficiencia e inseguridad, amor y odio, arrogancia y fragilidad, dulzura y adustez, impregnando a su rol de carisma, de intensidad, de rabia, de neurosis, de paranoia, de hondura dramática, a todo esto ayuda el buen maquillaje que lleva que le hace junto a su lenguaje gestual mimetizarse con la diva, dotando a su personaje de ese aura de actriz venida a menos y que aún está sedienta de reconocimiento; Susan Sarandon con setenta años (sabiendo parecer mucho menos) demuestra unas tablas y un don para emitir emociones sublime encarnado a Bette davis (Ruth Elizabeth Davis su nombre verdadero), le da profundidad, vulnerabilidad, atractivo, dotando a su rol de un fuerte carácter, de una potencia interpretativa soberbia, siendo un clon de la Davis glorioso, brotando entre las dos antagonistas una química explosiva magna, los mejores momentos son ellas dos juntas, con dos personalidades opuestas que hacen brotar chispas de tensión; Alfred Molina como el realizador Robert Aldrich hace una estupenda actuación, teniendo que lidiar con las dos divas y con el jefazo Jack Warner, haciendo notar su inseguridad por su aspiración de ser reconocido; Stanley Tucci hace del mandamás Jack Warner, manipulador, autoritario, machista, abusivo, y cruel como todos los jefes de estudio de la época dorada de Hollywood; Jackie Hoffman excelente como la abnegada dama de compañía de la Crawford, hierática pero sabiendo exponer con sutilidad expresividad con carácter; Allison Wright como la fiel ayudante de Aldrich viene a ser una extensión más de la misoginia imperante en Hollywood, teniendo aspiraciones de ser algo más allí, se tropa con el furioso machismo; La australiana Judy Davis encarna a la feroz periodista de la prensa amarilla Hedda Hopper, y lo hace de modo radiante, maestra de marionetas de la Crawford, maleándola para sus intereses, anhelando cuanta más ira entre las dos divas mejor, espléndida; Kiernan Shipka como la dulce hija de la Davis está muy bien; Dominic Burgess es el actor Victor Buono, íntimo amigo y confidente de la Davis, da bien con el personaje; Catherine Zeta-Jones superficial en un rol pequeño cumple sin más; Kathy Bates encarna a la actriz Joan Blondell ya en su vejez, rol escaso y parco para las capacidades de la actriz.
Le encuentro algunos defectos de incluir demasiadas subtramas, además lo de que el relato sea en diferentes flash-backs contada la historia en un programa televisivo hace que el ritmo orgánico se resienta, desviando la atención de lo importante.
Puesta en escena de enorme brillantez en trasladarnos a ese glamuroso entorno, comenzando por los extraordinarios créditos iniciales homenajeando al mítico Saul Bass, creados en la producción por Kate Berry (“X-Men Apocalipsis” o “La Bella y la bestia”), y en la edición por Rachel Fowler (“Guerra Mundial Z”), con un notable diseño de producción de Judy Becker (“Brokeback Mountain”), recreando con mimo los escenarios de rodaje, la decadente mansión de la Crawford, las fiestas, la ceremonia del Oscar, el despacho de Jack Warner, ayudando a esta inmersión el fabuloso vestuario creado por Lou Eyrich (“American horror History”), esto filtrado por la cromática y fulgurante fotografía de Nelson Cragg (“Breaking Bad”), resaltando con esmero la expresividad actoral, potenciando el lado glamuroso de Hollywood. El score es obra de Mac Quayre (“Drive”), de melodía jazzísticas que nos retrotraen al cine clásico.
En conjunto queda una notable propuesta, cargada de fuerza dramática incisiva. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre la serie ir a: http://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/06/feud.html
Jessica Lange magnífica en el rol de Joan Crawford (nombre verdadero Lucille Lesueur), mostrando toda una amalgama de emociones encontradas autosuficiencia e inseguridad, amor y odio, arrogancia y fragilidad, dulzura y adustez, impregnando a su rol de carisma, de intensidad, de rabia, de neurosis, de paranoia, de hondura dramática, a todo esto ayuda el buen maquillaje que lleva que le hace junto a su lenguaje gestual mimetizarse con la diva, dotando a su personaje de ese aura de actriz venida a menos y que aún está sedienta de reconocimiento; Susan Sarandon con setenta años (sabiendo parecer mucho menos) demuestra unas tablas y un don para emitir emociones sublime encarnado a Bette davis (Ruth Elizabeth Davis su nombre verdadero), le da profundidad, vulnerabilidad, atractivo, dotando a su rol de un fuerte carácter, de una potencia interpretativa soberbia, siendo un clon de la Davis glorioso, brotando entre las dos antagonistas una química explosiva magna, los mejores momentos son ellas dos juntas, con dos personalidades opuestas que hacen brotar chispas de tensión; Alfred Molina como el realizador Robert Aldrich hace una estupenda actuación, teniendo que lidiar con las dos divas y con el jefazo Jack Warner, haciendo notar su inseguridad por su aspiración de ser reconocido; Stanley Tucci hace del mandamás Jack Warner, manipulador, autoritario, machista, abusivo, y cruel como todos los jefes de estudio de la época dorada de Hollywood; Jackie Hoffman excelente como la abnegada dama de compañía de la Crawford, hierática pero sabiendo exponer con sutilidad expresividad con carácter; Allison Wright como la fiel ayudante de Aldrich viene a ser una extensión más de la misoginia imperante en Hollywood, teniendo aspiraciones de ser algo más allí, se tropa con el furioso machismo; La australiana Judy Davis encarna a la feroz periodista de la prensa amarilla Hedda Hopper, y lo hace de modo radiante, maestra de marionetas de la Crawford, maleándola para sus intereses, anhelando cuanta más ira entre las dos divas mejor, espléndida; Kiernan Shipka como la dulce hija de la Davis está muy bien; Dominic Burgess es el actor Victor Buono, íntimo amigo y confidente de la Davis, da bien con el personaje; Catherine Zeta-Jones superficial en un rol pequeño cumple sin más; Kathy Bates encarna a la actriz Joan Blondell ya en su vejez, rol escaso y parco para las capacidades de la actriz.
Le encuentro algunos defectos de incluir demasiadas subtramas, además lo de que el relato sea en diferentes flash-backs contada la historia en un programa televisivo hace que el ritmo orgánico se resienta, desviando la atención de lo importante.
Puesta en escena de enorme brillantez en trasladarnos a ese glamuroso entorno, comenzando por los extraordinarios créditos iniciales homenajeando al mítico Saul Bass, creados en la producción por Kate Berry (“X-Men Apocalipsis” o “La Bella y la bestia”), y en la edición por Rachel Fowler (“Guerra Mundial Z”), con un notable diseño de producción de Judy Becker (“Brokeback Mountain”), recreando con mimo los escenarios de rodaje, la decadente mansión de la Crawford, las fiestas, la ceremonia del Oscar, el despacho de Jack Warner, ayudando a esta inmersión el fabuloso vestuario creado por Lou Eyrich (“American horror History”), esto filtrado por la cromática y fulgurante fotografía de Nelson Cragg (“Breaking Bad”), resaltando con esmero la expresividad actoral, potenciando el lado glamuroso de Hollywood. El score es obra de Mac Quayre (“Drive”), de melodía jazzísticas que nos retrotraen al cine clásico.
En conjunto queda una notable propuesta, cargada de fuerza dramática incisiva. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre la serie ir a: http://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/06/feud.html