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Voto de TOM REGAN:
5
7,2
13.876
Bélico
Diciembre de 1941. Pormenorizado relato del imprevisto e inesperado ataque japonés a Pearl Harbour, que determinó la entrada de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial. Tora! Tora! Tora! era la señal de ataque japonesa. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
312/23(16/09/20) Film tan famoso como vacío de calidad dramática, tan grande en superproducción (25 millones $) como escaso de profundidad, tan plano como ansioso por ser didáctico históricamente, desprovisto de sub historias que den dramas personales, tan aséptico como el impresionante ataque donde tras múltiples tiroteos y explosiones no vemos un solo muerto (¿?), que al menos se destaca por retratar lejos de la caricatura de villanos a los japoneses en esta recreación del Ataque Japonés a Pearl Harbor. El veterano ejecutivo de la Fox, Darryl F. Zanuck, había producido con “The Longest Day” (1962), quería crear una epopeya que describiera lo que "realmente sucedió el 7 de diciembre de 1941", con un "enfoque revisionista". Él creía que los comandantes en Hawai, el general Short y el almirante Kimmel , aunque fueron chivos expiatorios durante décadas, proporcionaron medidas defensivas adecuadas para las aparentes amenazas, incluida la reubicación de los aviones de combate en Pearl Harbor al centro de la base, en respuesta a los temores de sabotaje del japonés local. A pesar de un gran avance en inteligencia, habían recibido advertencias limitadas del creciente riesgo de ataques aéreos. Reconociendo que era necesario un recuento equilibrado y objetivo, Zanuck desarrolló una coproducción estadounidense-japonesa, permitiendo "un punto de vista de ambas naciones". Pero a diferencia de la mencionada superproducción “The Longest Day”, está desprovista en su numeroso preparto coral de estrellas, son la mayoría secundarios muy competentes, pero no estrellas. La película se creó en dos producciones independientes, una basada en los Estados Unidos, dirigida por Richard Fleischer, y otra basada en Japón. La parte japonesa iba a ser dirigida inicialmente por Akira Kurosawa, quien trabajó en el desarrollo del guión y la preproducción durante dos años. Pero después de dos semanas de rodaje, fue reemplazado por Toshio Masuda y Kinji Fukasaku, que dirigían las secciones japonesas. Larry Forrester y los frecuentes colaboradores de Kurosawa, Hideo Oguni y Ryūzō Kikushima, escribieron el guión, basado en libros escritos por Ladislas Farago y Gordon Prange de la Universidad de Maryland, quien se desempeñó como consultor técnico. Numerosos asesores técnicos de ambos lados, algunos de los cuales habían participado en la batalla y/o la planificación, fueron cruciales para mantener la precisión de la película. Minoru Genda, el hombre que planeó y dirigió en gran medida el ataque a Pearl Harbor, fue un asesor técnico no acreditado para la película. Cuatro directores de fotografía participaron en la fotografía principal: Charles F. Wheeler, Sinsaku Himeda, Masamichi Satoh y Osami Furuya. Fueron nominados conjuntamente para el Premio de la Academia a la Mejor Cinematografía.
Esta es una cinta con un ritmo académicamente rutinario, en pos de ser más documental que tenso, donde la primera mitad se estira demasiado relatando los prolegómenos que dieron origen al llamado por el POTUS F.D.R. “Día de la Infamia”, contándonos en síntesis los motivos de lo que está por venir, como es que la invasión japo a China ha devenido sanciones USA al Imperio del Sol naciente, las negociaciones diplomáticas, sanciones que le impiden surtirse de petróleo, de ahí el enfrentamiento, luego vemos los choques de visiones entre altos mandos nipones sobre la conveniencia o no de entrar en Guerra contra USA, los entrenamientos y estrategias de los orientales, esto entremezclado con un devenir cansino entre telegramas, llamadas telefónicas, reuniones, descifrar mensajes, y vuelta a empezar, con sentido de clase de historia desde que nos presentan a todos los personajes con su nombre y cargo sobreimpresionado. Asistimos los múltiples errores del lado americano, a su flema, a su ineptitud, a su menosprecio a creer que los japoneses fueran una amenaza mayor que los descendientes de ellos en Hawái. Pero todo esto a ritmo sereno, la acción tarda demasiado en llegar (aparece después de un clásico de Intermision), y siendo esta espectacular, teniendo en cuenta que estamos en 1970, esta nos llega de modo falto de intensidad dramática, pues no sentimos empatía por nadie, no hay personajes en medio de la refriega, son seres que pasan por la pantalla, corren , disparan, gritan, saltan, pero no hay emoción alguna, esto es tremendo para una película de dos horas y media, que no haya sido capaz de crear un solo rol con el que sentir dramatismo, lo cual ahonda en la sensación de estar ante un documental de lujo dramatizado (tampoco demasiado). Demostrando Fleischer más capacidad para escenificar la acción (colosales los descensos de los zeros lanzando bombas, torpedos, disparando, las explosiones, siendo apoteósico el caza japonés estrellándose contra el hangar,...) pero anulado en darnos sentimientos, cercenado en suspense, acaba y nos quedamos fríos y a otra cosa. Vemos el tramo dela taque sin conexión con humana alguna.
Entre el nutrido elenco actoral (actrices cero), destaco a Sô Yamamura como el Almirante Yamamoto,a ctiuación cfon mucho carisma, sentenciando a cada frase, siendo muy bueno como le regalan el final donde lejos de la euforia por el éxito sabe leer el futuro; En el lado occidental se puede mencionar a James Whitmore (el que ha pasado a la historia del cine por el rol del verano preso ... en “Cadena Perpetua”) como el vicealmirante William F. Halsey, tiene buenos momentos combatiendo la indiferencia de sus superiores.
La mayoría de los aviones japoneses (modelo Zero) son en realidad aviones americanos (modelo Texan) reconvertidos ya que eran similares y que, cuando comenzó la producción del film en 1966, Japón no tenía aviones de combate en óptimas condiciones para volar. Muchos de estos aviones reconvertidos se utilizaron posteriormente en otros films como por ejemplo: La batalla de Midway (1976), El último de la cuenta atrás (1980) o en la mismísima Pearl Harbour (2001).
Esta es una cinta con un ritmo académicamente rutinario, en pos de ser más documental que tenso, donde la primera mitad se estira demasiado relatando los prolegómenos que dieron origen al llamado por el POTUS F.D.R. “Día de la Infamia”, contándonos en síntesis los motivos de lo que está por venir, como es que la invasión japo a China ha devenido sanciones USA al Imperio del Sol naciente, las negociaciones diplomáticas, sanciones que le impiden surtirse de petróleo, de ahí el enfrentamiento, luego vemos los choques de visiones entre altos mandos nipones sobre la conveniencia o no de entrar en Guerra contra USA, los entrenamientos y estrategias de los orientales, esto entremezclado con un devenir cansino entre telegramas, llamadas telefónicas, reuniones, descifrar mensajes, y vuelta a empezar, con sentido de clase de historia desde que nos presentan a todos los personajes con su nombre y cargo sobreimpresionado. Asistimos los múltiples errores del lado americano, a su flema, a su ineptitud, a su menosprecio a creer que los japoneses fueran una amenaza mayor que los descendientes de ellos en Hawái. Pero todo esto a ritmo sereno, la acción tarda demasiado en llegar (aparece después de un clásico de Intermision), y siendo esta espectacular, teniendo en cuenta que estamos en 1970, esta nos llega de modo falto de intensidad dramática, pues no sentimos empatía por nadie, no hay personajes en medio de la refriega, son seres que pasan por la pantalla, corren , disparan, gritan, saltan, pero no hay emoción alguna, esto es tremendo para una película de dos horas y media, que no haya sido capaz de crear un solo rol con el que sentir dramatismo, lo cual ahonda en la sensación de estar ante un documental de lujo dramatizado (tampoco demasiado). Demostrando Fleischer más capacidad para escenificar la acción (colosales los descensos de los zeros lanzando bombas, torpedos, disparando, las explosiones, siendo apoteósico el caza japonés estrellándose contra el hangar,...) pero anulado en darnos sentimientos, cercenado en suspense, acaba y nos quedamos fríos y a otra cosa. Vemos el tramo dela taque sin conexión con humana alguna.
Entre el nutrido elenco actoral (actrices cero), destaco a Sô Yamamura como el Almirante Yamamoto,a ctiuación cfon mucho carisma, sentenciando a cada frase, siendo muy bueno como le regalan el final donde lejos de la euforia por el éxito sabe leer el futuro; En el lado occidental se puede mencionar a James Whitmore (el que ha pasado a la historia del cine por el rol del verano preso ... en “Cadena Perpetua”) como el vicealmirante William F. Halsey, tiene buenos momentos combatiendo la indiferencia de sus superiores.
La mayoría de los aviones japoneses (modelo Zero) son en realidad aviones americanos (modelo Texan) reconvertidos ya que eran similares y que, cuando comenzó la producción del film en 1966, Japón no tenía aviones de combate en óptimas condiciones para volar. Muchos de estos aviones reconvertidos se utilizaron posteriormente en otros films como por ejemplo: La batalla de Midway (1976), El último de la cuenta atrás (1980) o en la mismísima Pearl Harbour (2001).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
‘Fue una suerte para los estadounidenses que el objetivo principal, tres portaaviones, no estuvieran en Pearl Harbor. El almirante Yamamoto al final siente no ha sido una victoria completa por esta noticia, la noticia de que 7 acorazados se hundieron o sufrieron graves daños, y la mayoría de aviones estadounidenses fueron destruidos en tierra. Se había mostrado reacio a iniciar una guerra, no cree que Japón pudiera ganar una guerra prolongada con USA. Su punto de vista resumido en una declaración final: "Me temo que todo lo que hemos hecho es despertar a un gigante dormido y llenarlo de una resolución terrible". Una versión abreviada de la cita también aparece en la película Pearl Harbor de 2001. La película Midway de 2019 también presenta al almirante Yamamoto hablando en voz alta la cita del gigante dormido. Aunque la cita bien puede haber resumido muchos de sus sentimientos reales sobre el ataque, no hay evidencia impresa que demuestre que Yamamoto hizo esta declaración o la escribió. Richard Fleischer , declaró que si bien Yamamoto puede que nunca haya dicho esas palabras, el productor de la película, Elmo Williams, había encontrado la línea escrita en el diario de Yamamoto. Williams, a su vez, ha declarado que Larry Forrester, el guionista, encontró una carta de 1943 de Yamamoto al Almirantazgo en Tokio que contenía la cita. Sin embargo, Forrester no puede presentar la carta, ni nadie más, estadounidense o japonés, puede recuperarla o encontrarla. Los japoneses aún no sabían que su código se había descifrado cuando Yamamoto fue derribado el 18 de abril de 1943 y los monitores estadounidenses conocían su plan de vuelo’.
La tora del título es la palabra en clave japonesa de dos sílabas que se usa para indicar que se había logrado la sorpresa total. El modus operandi el procedimiento japonés, ataque a traición sin declaración de guerra, no era nuevo: ya había sido aplicado en 1904 al agredir a los rusos en Port Arthur, actual China, hundiendo parte de su flota, lo que dio comienzo a la Guerra Ruso-Japonesa. Durante una el vuelo de llegada de los escuadrones de zeros sobre las montañas de Hawaii atravesando Oahu, se puede ver una cruz blanca en una de las laderas de las montañas, pues la cruz fue erigida después del ataque como un monumento a las víctimas del ataque.
La película ganó el Oscar a Efectos Especiales; además de nominaciones a Dirección Artística; Decoración de Escenografía; Fotografía; Montaje de Película; Mejor Sonido.
Las escenas japonesas las iba a dirigir Akira Kurosawa quien, gracias a un engaño de la productora (20th Century-Fox), entró en el proyecto pensando que las escenas americanas las iba a dirigir el mismísimo David Lean. Cuando, habiendo ya rodado varias escenas, Kurosawa se enteró de esta sucia maniobra de la productora para tenerle en el proyecto, se agarró un enfado de aúpa, instando a diferentes marcas comerciales japoneses a no invertir en las futuras producciones de Fox para ver si así le echaban del proyecto. Finalmente la productora rescindió a regañadientes su contrato con Kurosawa pero se dice que la película todavía conserva algunos minutos del maestro. Fue entonces cuando contrataron a Hideo Oguni y Ryuzo Kikushima para las escenas japonesas, quienes además de dirigir, también trabajaron en el guión.
Varias películas y series de televisión posteriores relacionadas con la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico han utilizado imágenes de “Tora! ¡Tora! ¡Tora!”. Estas producciones incluyen las películas Midway (1976, Fleischer se enojó porque Universal usó el metraje), All This and World War II (1976), Pearl (miniserie de tv 1978), From Here to Eternity (miniserie de TV 1979), The Final Countdown (1980) y Australia (2008), así como el episodio de la serie de televisión Magnum, PI titulado "Lest We Forget" (primera fecha de emisión el 12 de febrero de 1981).
Me queda un film desprovisto de nivel dramático, lo cual lo hace gélido, aunque didáctico. Fuerza y honor!!!
La tora del título es la palabra en clave japonesa de dos sílabas que se usa para indicar que se había logrado la sorpresa total. El modus operandi el procedimiento japonés, ataque a traición sin declaración de guerra, no era nuevo: ya había sido aplicado en 1904 al agredir a los rusos en Port Arthur, actual China, hundiendo parte de su flota, lo que dio comienzo a la Guerra Ruso-Japonesa. Durante una el vuelo de llegada de los escuadrones de zeros sobre las montañas de Hawaii atravesando Oahu, se puede ver una cruz blanca en una de las laderas de las montañas, pues la cruz fue erigida después del ataque como un monumento a las víctimas del ataque.
La película ganó el Oscar a Efectos Especiales; además de nominaciones a Dirección Artística; Decoración de Escenografía; Fotografía; Montaje de Película; Mejor Sonido.
Las escenas japonesas las iba a dirigir Akira Kurosawa quien, gracias a un engaño de la productora (20th Century-Fox), entró en el proyecto pensando que las escenas americanas las iba a dirigir el mismísimo David Lean. Cuando, habiendo ya rodado varias escenas, Kurosawa se enteró de esta sucia maniobra de la productora para tenerle en el proyecto, se agarró un enfado de aúpa, instando a diferentes marcas comerciales japoneses a no invertir en las futuras producciones de Fox para ver si así le echaban del proyecto. Finalmente la productora rescindió a regañadientes su contrato con Kurosawa pero se dice que la película todavía conserva algunos minutos del maestro. Fue entonces cuando contrataron a Hideo Oguni y Ryuzo Kikushima para las escenas japonesas, quienes además de dirigir, también trabajaron en el guión.
Varias películas y series de televisión posteriores relacionadas con la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico han utilizado imágenes de “Tora! ¡Tora! ¡Tora!”. Estas producciones incluyen las películas Midway (1976, Fleischer se enojó porque Universal usó el metraje), All This and World War II (1976), Pearl (miniserie de tv 1978), From Here to Eternity (miniserie de TV 1979), The Final Countdown (1980) y Australia (2008), así como el episodio de la serie de televisión Magnum, PI titulado "Lest We Forget" (primera fecha de emisión el 12 de febrero de 1981).
Me queda un film desprovisto de nivel dramático, lo cual lo hace gélido, aunque didáctico. Fuerza y honor!!!