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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
4
Drama Manuel (Tristán Ulloa), Ana (Blanca Romero) y Julio (Guillermo Toledo), amigos desde la adolescencia, se reencuentran una noche de verano después de mucho tiempo, y juntos emprenden un viaje hacia el corazón de la noche, intentando evadirse de sus respectivas vidas a golpe de rayas, sexo y alcohol. Una huida a la adolescencia como única posibilidad para librarse de sus fantasmas. "After" es la última parada, el último bar abierto. El ... [+]
3 de febrero de 2011
26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchos problemas en "After" que la convierten en un navío tocado y hundido desde su explicativo (e innecesario) diálogo de arranque.

En su inicio, se presentan tres personajes. Sin necesidad de decir una sola palabra pero con un curtido conocimiento de los mecanismos del cine español, enseguida se entresaca que uno de los tíos será el casado insatisfecho, otro el ejecutivo soltero de oro y la tía una chocholoco que en el fondo es buena persona. Evidentemente las previsiones se cumplen.

También sabes que en menos de veinte minutos saldrá: a) un potorro; b)unas tetas; o c) un polvo siempre en un lugar sórdido y algo desagradable. "After" no decepciona en este sentido ya que enseguida pueden contemplarse a) y c) y hacia el final, aunque con sorprendente recato, se avista algo de b). Otras películas españolas con esta misma trama hubieran metido todo tipo de situaciones sexuales, ya que cualquier cineasta español se las arregla para meter situaciones sexuales incluso si la película se ambienta en un convento de clausura. Sin embargo, "After" es bastante discreta en este punto y en realidad sugiere más de lo que muestra, algo de agradecer ya que prefiere centrarse en dotar de otro tipo de contenido -e incluso reflexión- a la historia.

Mientras cada personaje vive su vida el director nos muestra el transcurso de una noche en la que estos tres sujetos salen a desfasar y claro, les pasa de todo porque si no la película no habría quien la aguantase despierto. Durante la juerga y las historias de los personajes, se ponen sobre el tapete temas como la madurez (o la inmadurez, supongo que sería en este caso), la soledad y la frustación vital. La película tiene un tono lento y tristón, incluso cuando están de fiesta te ponen cámara lenta y música melancólica de piano por si no te habías enterado de lo vacías que son las vidas de nuestros chicos y de lo deprimidos que están cuando no se drogan, no follan o no se pegan con canis veinteañeros en la discoteca. Pero por si acaso remachan bien la idea haciéndolos pasear compungidos por los exteriores e interiores gélidos de sus casazas de lujo.

Es imposible conectar con ellos o interesarse por sus existencias, no te importa nada adónde van, ni qué sienten o cuál es su problema. Los actores no están fatal teniendo en cuenta que la mitad de la película es imposible entenderles porque están bajo efecto de la drogas o el alcohol y la otra mitad de la película también es imposible entenderles porque no vocalizan.

Como intento de evocar la juventud perdida y la imposibilidad de encontrar el camino de retorno al "paraíso perdido", no está lograda: su carencia de final de cualquier tipo deja con una sensación de indiferencia parecida a la de haberse merendado la nada.
Neathara
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