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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
5
Drama Año 1967. Susanna Kaysen, como la mayoría de las chicas de su edad, se siente confusa, insegura y lucha por entender el mundo que la rodea. Tras diagnosticarle un trastorno de la personalidad, su psiquiatra decide ingresarla en el Hospital Claymoore. Allí, Susanna conoce a Lisa, Georgina, Polly y Janet, un grupo de chicas inadaptadas con las que entabla una estrecha amistad y que, además, le muestran el camino para encontrarse a sí misma. (FILMAFFINITY) [+]
6 de diciembre de 2010
37 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Larguísima y superficial visión de las vivencias de una chica joven en un psiquiátrico. Las previsibles reflexiones sobre las fronteras entre estar loca o ser un poco rarita no se hacen esperar, pero al final se quedan a medias, quedándose la historia en un melodrama liviano donde resulta dificil decidir qué debemos sentir ante lo que se muestra: ¿compasión? ¿empatía? ¿fascinación?. Un guión torpe y edulcorado endereza a estos renglones torcidos haciendo casi imposible situarse en un psiquiátrico que a ratos parece un internado de Enid Blyton. La sosa dirección de James Mangold no aporta gran cosa más allá de la pura corrección y las actrices están desubicadas y mal dirigidas: Winona Ryder, atontada; Brittany Murphy y Vanessa Redgrave parecen tomárselo en plan de comedia; Whoopi Goldberg sin cambiar registro desde "El color púrpura". Salen más o menos airosas Clea Duvall y Angelina Jolie en los ratos en los que se acuerda que interpreta a una enferma y no a la versión ninfómana del Joker. Y un misterio a resolver: ¿porqué siempre da la impresión de que Jared Leto sobra de todas sus películas?

Es muy frustrante que por cada diálogo prometedor haya una reflexión super cutre o por cada pensamiento con posibilidades, salga una frase de carpeta de adolescente emo. Lo que podía hacer vibrar ciertas cuerdas de empatía, se lo cargan en el minuto siguiente. Hay detalles interesantes pero resulta complicado creerse ese psiquiátrico de niñas juguetonas y limpitas.

Un final postizo y horrible que entra en completo conflicto con todo lo anterior decanta definitivamente la balanza hacia lo convencional, con empaquetado reluciente, listo para ser entregado en la puerta del tito Oscar, tal y como siempre le gusta al señor Mangold.
Neathara
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