Resulta muy fácil arrancar una buena pero desmerecida puntuación a un porcentaje de críticos que se las dan de cinéfilos por aprobar bodrios como este, sólo porque es una película que busca expresar una sensiblería barata a un público escaso de fronteras intelectuales. Siempre queda muy bien dejar ver el lado sensible que tiene cada uno y vende muy bien decir que una película escasa de sentido es muy buena porque trata de reflejar (digo trata porque no lo hace) un universo imaginario lleno de emociones, sentimientos, ilusiones de un niño repelente que es para darle 3 tortas bien dadas, metiendo de fondo una música igual de sensiblera de un coro de niños cantando y a unos monstruos amanerados sacados de la casa de la pradera. Realmente, la película no hay por donde cogerla, no tiene ningún sentido, pero el entramado este de "que amigos somos todos y cuanto nos queremos" te hace pensar que la película es muy bonita, pero si realmente te paras a pensarlo, te dices a ti mismo, ¡¡pero qué demonios!! no hay ninguna explicación, ni que pinta cada monstruo ni hay una moraleja (una buena, no me vale que están todos muy solos y representan una bonita amistad y unión), ni un rol para cada personaje ni explicaciones de las funciones sociales de cada uno, ni un mínimo sentido en toda la trama que al final te haga sentir que no has desperdiciado dos horas de tu vida. Pero lo que más me indignó es que esperaba al menos un mínimo de decencia por parte del director y que incluyese alguna escena al final del niño tratándose su esquizofrenia aguda o al menos en manos de algún especialista, pero al parecer se debió quedar en material inédito. Realmente mala en mayúsculas. No se la recomiento a nadie que tenga dos dedos de frente ni que sea facilmente manipulable por 4 monigotes soltando aullidos que la vea.