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España España · Málaga
Voto de gableleig:
8
Drama. Bélico En septiembre de 1939 Polonia fue invadida: por el Oeste por las tropas de Hitler y por el Este por el Ejército Rojo. En la primavera de 1940, por orden expresa de Stalin, 22.000 oficiales polacos (uno de ellos el padre del propio Wajda) fueron asesinados de un tiro en la nuca y enterrados en fosas comunes. En Katyn (nombre de un bosque cercano a Kiev, en Ucrania) se narran los últimos días de estos oficiales y de sus familias y de su ... [+]
5 de noviembre de 2009
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Segunda Guerra Mundial fue tan larga, tan brutal, tan global, que es de agradecer que de vez en cuando algún director nos muestre una visión diferente a lo que estamos acostumbrados. Curiosamente la mayoría de estos títulos vienen del cine europeo y asiático (pienso en la china "Ciudad de vida, ciudad de muerte", sobre la matanza de Nanking). Títulos como "Almirante Canaris", "Stalingrado", "Das Boot", "Europa, Europa", "Amen", las cintas de Rosellini...
No podemos obviar la parcialidad de "Katyn", pues el director perdió a su padre entre los miles de oficiales polacos asesinados por el Ejército Rojo. Pero, ¡qué diablos! ¡Es que resulta que fue así! Resulta que hay más temas aparte del Holocausto judío. Como hemos dicho, la Segunda Guerra Mundial abarca brutalidades en todos sus frentes, y está bien que se den a conocer al público. Evidentemente una película no deja de ser la versión de un director, pero coincidirán conmigo en que esa versión puede ser más o menos cercana al hecho histórico, y que en cualquier caso si a uno le pica la curiosidad siempre puede recurrir a los libros de Historia.
Lo mejor de la película es la angustia permanente en la que te sumerge, al ver las penalidades físicas y psicológias que suponen una guerra. El hecho de que la ideología pueda llevar a cometer masacres en su nombre debe hacer reflexionar.
La URSS negó durante 48 años haber sido la responsable de la matanza de Katyn. Evidentemente era más fácil culpar al genocida III Reich, pero la moraleja final resulta ser que el hombre es igual de animal (y lo digo con tono peyorativo) ya lleve una cruz gamada o una bandera roja con una hoz y un martillo. Cuando nos vemos enfrentados con la cobertura de la ideología perdemos toda capacidad de raciocinio, y eso es muy peligroso. Lo era ayer, y lo es hoy.
gableleig
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